Monseñor Cañizares pronunció estas palabras, en medio de un cerrado aplauso, ante el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, durante la misa de apertura del Año Jubilar, celebrada ayer frente al santuario de Guadalupe ante más de 15.000 peregrinos.

El cardenal ya había anunciado que ofrecería la ceremonia como un acto de expiación por las fotografías de Montoya, cuyo catálogo financió el Gobierno extremeño. Por eso, dedicó las primeras palabras de su homilía como «desagravio» hacia la Virgen de Guadalupe que, según afirmó, ha sido «ofendida y maltratada» con estas fotos, informa Efe.

El prelado destacó que «este hecho tan rechazable y rechazado no representa a Extremadura y a los extremeños», a quienes definió como ciudadanos «nobles, cristianos y amantes como pocos de María Santísima».

Cañizares insistió en que las fotografías de Montoya atacan «lo más entrañable y lo más preciado para nosotros» y, por ello, instó a «los extremeños y españoles» a decirle a la Virgen que «la queremos con toda nuestra alma, que es nuestra madre» y «que nadie nos la toque».