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| Los terroristas intentan modificar nuestro comportamiento provocando miedo, incertidumbre y división en la sociedad (P. J. Kennedy) |
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| LA EFEMÉRIDE |
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| DE ROMA...Y DE BIRMINGHAM |
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En los festejos de hoy del Tratado de Roma no habrá ni una sola mención a otro aniversario. Se cumplen 15 años de la introducción en la normativa de la UE del llamado «principio de subsidiariedad», es decir que las decisiones se tomen lo más cerca posible del ciudadano. El entonces canciller alemán, Helmut Kohl, se empleó a fondo para conseguirlo en la cumbre de Birmingham de octubre de 1992 presionado por sus länder, sus autoridades regionales, y el primer ministro británico y anfitrión, John Major, se apuntó gustoso a todo lo que fuera debilitar el poder de Bruselas. Sin embargo, al menos en economía, va quedando demostrado que los consumidores e inversores están mejor protegidos cuanto más lejos de ellos se tomen las decisiones de regulación. Una autonomía es más débil ante un oligopolio económico que el Estado y éste, más vulnerable que Bruselas. Es hora de poner la subsidiariedad en su sitio.
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