Lo cierto es que el pasado viernes la Bolsa de Fráncfort vivió una jornada movida cuando comenzaron a circular rumores de que Porsche podría acabar lanzando una OPA sobre Volkswagen AG. Desde el mediodía, las acciones del gran fabricante alemán comenzaron a subir hasta alcanzar el 5,36% de incremento de precio y alcanzar las 116,74 millones de euros, pero pese a este movimiento especulativo, nadie pensó que realmente hubiera detrás una intención real de Porsche de ir a por el 100% de Volkswagen.

Porsche posee un 27,4% y siempre había reconocido que su intención era llegar hasta el límite del 29,9% del capital para quedar a salvo de la imposición de lanzar la OPA. Sin embargo, un análisis de la situación debe haber decidido a sus dirigentes a dar el paso.

Porsche AG es una de las empresas más rentables del mundo. Adquirir la totalidad de Volkswagen le podría resultar un hueso un poco duro de roer, pero ya cuenta con que el Estado de Baja Sajonia, que posee algo más del 20%, difícilmente aceptará la oferta de venta. Por tanto, lo que tendría es que hacer frente a un desembolso de poco más del 50% del capital, lo que encaja más en sus posibilidades.

Al día de hoy, los beneficios de la OPA para Porsche son limitados. Como sigue vigente la llamada «ley Volkswagen», que prácticamente concede una mayoría de veto al estado de Baja Sajonia, en muy poco va a cambiar la capacidad de Porsche a la hora de tomar decisiones estratégicas. Pero no hay que olvidar que esta «ley Volkswagen» cuenta ya con dictamen contrario ante el Tribunal de la Unión Europea y que, por tanto, todo parece indicar que tiene los días contados.

Desaparecida esta ley, alrededor de Porsche AG y controlando más del 70% del grupo Volkswagen, se puede reunir el que sería, de lejos, el grupo de automoción más importante de Europa. Del mismo formarían parte marcas como Volkswagen, Seat, Skoda, Audi, Bentley, Bugatti, Lamborghini, la propia Porsche, MAN y Scania, pues no hay que olvidar que el grupo Volkswagen es el máximo accionista de estos dos fabricantes de camiones y autobuses y pretende forzar una fusión entre ellas.

Y detrás de este grupo, dos familias, la Porsche y la Piëch, que tiene como director de la actividad en los negocios a Ferdinand Piëch. Brillante ingeniero, comenzó trabajando en Porsche pero fue contratado por Audi. En esta marca inició una carrera que le llevó a la dirección general y, poco después, a la presidencia ejecutiva del grupo. En la actualidad, a la del consejo de vigilancia. Desde este puesto, a nadie le cabe la menor duda de que ha sido el inspirador de los movimientos de Porsche, propiedad de las dos familias, para hacerse con el control de Volkswagen AG.