Domingo, 25 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6307.
OPINION
 
Editorial
ETA SOLO ENTIENDE UN LENGUAJE; EL GOBIERNO HA PECADO DE INGENUIDAD

El optimismo que Zapatero mostraba en su balance de finales del año pasado se ha trocado en pesimismo: el Gobierno cree ahora que el proceso de paz se halla en una crisis insuperable y que ETA no está dispuesta a renunciar a la violencia si no se le da todo lo que exige.

Si ello es así, quedaría claro que el Gobierno cometió un grave error de cálculo hace un año, cuando creyó que existía una voluntad de la banda terrorista de renunciar a las armas tras constatar la inviabilidad del uso de la fuerza.

Zapatero ha actuado con una increíble ingenuidad desde que ETA anunció su tregua y ha cometido flagrantes equivocaciones que hemos denunciado en estas páginas. Hay quien piensa como Fernando Savater que ha habido una «negociación oculta», lo cual es corroborado por las propias palabras de Pernando Barrena, que habló hace unos días de «compromisos firmados». El Gobierno lo niega y, por tanto, corresponde aportar las pruebas a quien acusa.

Pero el principal error del presidente ha sido su política de concesiones y de gestos de buena voluntad hacia ETA y la izquierda abertzale, en la que se inscriben la excarcelación de De Juana Chaos y la forzada absolución de Otegi por la Fiscalía. Según publica hoy EL MUNDO, el Gobierno hizo llegar a Batasuna el mensaje de que la decisión de dejar cumplir el resto de la pena a De Juana en su casa era una demostración de buena voluntad y una mano tendida al diálogo.

Pero Batasuna ha respondido con nuevas exigencias y una movilización de sus bases para crear más presión al Gobierno, que se siente decepcionado por la intransigencia de sus dirigentes. Zapatero se ha empezado a dar cuenta de algo que parecía también evidente: que Otegi, Usabiaga, Permach y los líderes de Batasuna no van a condenar la violencia de ETA si antes no logran contrapartidas políticas del Gobierno.

Tras constatar que Batasuna no tiene intención de moverse y que ETA puede volver a las armas en los próximos meses, fuentes de Moncloa dicen ahora que la estrategia del Gobierno es intentar restar apoyo social al partido de la izquierda abertzale tras demostrar su incapacidad para apostar por un proceso de paz. Igualmente, según estas fuentes, el Gobierno va a poner todos los medios legales para evitar que Batasuna pueda presentarse a las elecciones.

Más vale tarde que nunca, pero sorprende que el Gobierno haya tardado tanto tiempo en darse cuenta de que ETA y Batasuna sólo pretenden poner de rodillas al Estado para obtener la autodeterminación, la anexión de Navarra y la salida de los presos, que es lo único que les interesa.

Todo el proceso propiciado por el Gobierno se ha basado en premisas falsas y la principal de ellas, que ETA y su entorno estaban cansadas de una permanente confrontación y buscaban una salida para negociar la paz. Nunca ha sido así. Zapatero ha dado pasos en base a unas falsas expectativas o a una información que nunca se ha visto confirmada por la realidad. Se ha demostrado, una vez más, que ETA no valora los «gestos» y que sólo entiende cuando se le responde con todos los medios del Estado de Derecho.

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