El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, dio ayer un inesperado espaldarazo a los que, desde Cataluña, se quejan de que el aeropuerto de El Prat se le ha quedado pequeño a Barcelona. Durante una visita a la Sagrada Família, acompañado por el candidato del PP a la Alcaldía de la capital catalana, Alberto Fernández Díaz, Gallardón aseguró que no sólo entiende las pretensiones de convertir El Prat en un hub internacional, sino que añadió: «Todo lo que sea desarrollo de Barcelona y ampliación de su actividad económica es bueno para Madrid, y viceversa».
En este sentido, el alcalde de Madrid defendió el papel de la sociedad civil barcelonesa, a su juicio representado por el impulso del templo de Sagrada Família, «ejemplo del amor a una ciudad», un protagonismo que debería trasladarse a la gestión de las infraestructuras, como los aeropuertos. Personalidades de todos los ámbitos de la sociedad catalana se reunieron la semana pasada para exigir mejoras en El Prat.
«No es un avance importante sustituir una administración por otra, lo que es un avance es que la sociedad civil ocupe espacios que antes realizaba la administración», añadió Ruiz-Gallardón.
El alcalde de Madrid no quiso entrar en la polémica sobre trazado del AVE a su paso por Barcelona, y las posibles repercusiones del túnel en los edificios del centro de la ciudad, entre ellos la Sagrada Família, pero recalcó que Madrid «necesita» esa conexión de alta velocidad con Barcelona, «porque es fundamental y estratégico y supone un desarrollo extraordinario para las dos ciudades».
En este sentido, Gallardón adelantó que la entrada en funcionamiento del AVE producirá «unas sinergias fabulosas en lo económico, pero también en lo social y en lo cultural», a la vez que mostró su deseo de que las dos principales ciudades del país, superen su rivalidad histórica. «Somos las sociedades más avanzadas y las que aportamos más al PIB nacional, y no podemos convertir eso en una rivalidad entre dos», dijo.
Gallardón también defendió la labor realizada por el presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, y vaticinó que «será gobierno» en el consistorio de la capital catalana tras las elecciones del 27 de mayo «porque ofrece una construcción en positivo», informa Efe.
Alberto Fernández Díaz aprovechó la presencia de su compañero de partido para reafirmar la idea de que una mejor Barcelona no se ha de construir desde la «negación y confrontación con Madrid», sino desde la «complementariedad de ambas ciudades».
El edil popular abogó también por un menor intervencionismo de la administración pública en ámbitos que podrían gestionarse desde la sociedad civil.
Fernández Díaz aprovechó también su visita a la Sagrada Família para volver a reclamar que se deje «en vía muerta» el trazado central del AVE a su paso por Barcelona, moratoria que daría un plazo para buscar una solución «más segura», como reclaman los vecinos del centro de la ciudad que se oponen a este trazado, y retomar la alternativa del Vallés.
En cuanto a los posibles acuerdos postelectorales, Fernández Díaz, aseguró que «ahora no es el momento de hablar de pactos, sino de realizar propuestas».