Jorge Lorenzo triunfó en una de las carreras más intensas de 250 cc que se recuerdan. Alvaro Bautista fue segundo. Dani Pedrosa se subió también al cajón, un peldaño por debajo de Valentino Rossi, que ganó su carrera número 85. Héctor Faubel fue tercero en 125 cc, donde estalló un chaval de 15 años que dejó a todos boquiabiertos. Se llama Pol Espargaró, y se quedó a sólo un pasito del podio.
El presente y el futuro, con permiso de Il Dottore, es español. Siendo espectacular el rendimiento de nuestros pilotos, el verdadero protagonista del fin de semana fue el circuito de Jerez. Un espectador más y posiblemente hubiera reventado. Algo más de 132.000 aficionados vibraron in situ, una cifra que supuso récord en la historia de este Gran Premio, que ayer cumplió su vigésima edición.
Las especiales medidas de seguridad que rodearon, por fin, a la prueba se tradujeron, por encima de cualquier estadística, en la suspensión de las carreras de aficionados por las calles de la ciudad. Lamentablemente, el multitudinario regreso por las carreteras tras la celebración del evento dejó varios accidentes mortales (tres al cierre de esta edición).
En la competición, lo que se vivió en la prueba del cuarto de litro fue memorable. Más que una carrera fue una pelea espectacular, con tres pilotos españoles metidos en un cuerpo a cuerpo inolvidable: Lorenzo, el novato Bautista y Héctor Barberá, hasta que éste terminó marchándose en una frenada. Con ellos, el italiano Dovizioso. Lorenzo, que en las últimas vueltas había optado por permanecer agazapado, demostró por qué es el actual campeón de la categoría. Incluso con algunos problemas en varias partes de su moto, mezcló garra y cerebro para pasar el primero ante la bandera de cuadros. Lorenzo se convierte en el segundo piloto que logra dos victorias consecutivas en el arranque del año de la defensa de su título. El primero fue el italiano Luca Cadalora, en 1992.
En la última prueba de la jornada, la pole del sábado de Pedrosa prometía emociones mucho más fuertes que las que permitió Rossi a la hora de la verdad. El italiano estaba en su pista talismán, sí, pero acumulaba cinco carreras sin triunfo, su peor racha desde 2002. Ni un metro de concesión a Pedrosa: en la primera vuelta, el de Urbino pasó al español apenas sin esfuerzo y mandó a todos a seguirle hasta el final. Pedrosa lo intentó todo, se subió por todos los pianos que pudo, pero no logró alcanzarle. «Cuando estoy bien es imposible ganarme», sacó pecho el inimitable Rossi. «Tiene razón», concluyó elegante Pedrosa. / Págs. 2 a 6.
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