LUCAS SAEZ-BRAVO. Enviado especial
JEREZ.-
No hay cuestión que valga; parece ser que el próximo año volverá a haber Gran Premio en Jerez. Las casi 140.000 personas -40.000 vehículos y unas 47.000 motocicletas, un 25% más según estimó la delegación del Gobierno andaluz en Cádiz-, que se citaron ayer en el circuito, dieron un ejemplo, a pesar de las amenazadoras palabras del director general de Tráfico el viernes («Si se repite el trágico balance de nueve muertos del año pasado habría que cuestionarse la celebración del Gran Premio», afirmó Pere Navarro). Parece ser que otros mensajes calaron más. Las declaraciones pidiendo cautela que lanzaron Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y Carlos Checa el sábado llegaron al fondo de los moteros, que, por supuesto, también se cohibieron ante el enorme despliegue de las fuerzas de seguridad.
Al cierre de esta edición se habían contabilizado tres muertos y cuatro heridos, una cifra muy inferior a la del pasado año. Al respecto, el delegado del Gobierno, José Antonio Gómez Periñán, apuntó: «Hemos rebajado considerablemente las cifras de 2006, aunque no estamos contentos porque en el momento que hay una víctima mortal ya nos llena de tristeza y un accidente grave ya no nos satisface».
La última de las víctimas murió a las 8.05 horas de ayer al caerse de la motocicleta que conducía en el acceso norte de la AP-4 a Jerez, una de las vías que enlaza con el circuito. Antes, a las 0.30 horas, el conductor de un ciclomotor falleció y su acompañante resultó herido de gravedad al ser arrollados por un turismo en Jerez, en la avenida Fernando Portillo, cuando el coche saltó la mediana y arrolló a la moto en la que viajaban dos personas. El propietario del automóvil conducía, al parecer, bajo los efectos del alcohol.
A esas dos víctimas hay que sumar la registrada el sábado en un accidente ocurrido en El Puerto de Santa María. Además, a primera hora de ayer, uno de los agentes de la Guardia Civil que controlaba los accesos al circuito fue atropellado por una moto y trasladado a un centro hospitalario.
A pesar de esos incidentes, en el ambiente se respiraba una sensación de más tranquilidad que años atrás. Parece que Jerez aprende de sus errores y aunque los atascos a un trazado con sólo dos entradas son casi inevitables, esta edición fueron mucho menos intensos. También la salida fue bastante menos tortuosa, ya que, según el delegado de Gobierno, a las 18.00 horas prácticamente estaba evacuado el circuito. «Hemos ganado tres o cuatro horas más que el pasado año, con lo que hemos cubierto nuestra mejor previsión», apuntó Gómez Periñán, que quiso felicitar la labor realizada desde el pasado viernes por los efectivos de la Guardia Civil, el 061, la Cruz Roja, el 112 y los efectivos de la Policía Local y Nacional.
La organización, magnífica, también logró evitar que en el centro urbano de Jerez se organizaran las tradicionales gincanas de motoristas haciendo el loco (quema de neumáticos, caballitos...), para sosiego de los vecinos. Los demenciales encuentros se trasladaron, aunque de forma incontrolada, al paseo marítimo de Valdegrana, muy cerca de El Puerto de Santa María.
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