En el programa de viaje para la expedición española que aterriza hoy en Mallorca se puede leer que el partido de la selección del próximo miércoles en el Ono Estadi será ante Suecia. Menos mal que se trata de un error, porque el rival es Islandia.
Los chicos de Luis Aragonés pelearán por tres puntos frente a un equipo bastante menos inquietante y poderoso que el actual líder del Grupo F, virtual clasificado para la Eurocopa de 2008. La guerra de España es otra, desbancar a Irlanda y a Dinamarca para asegurarse el segundo puesto, que es también una puerta de acceso, aunque más chiquitita y tras la que es más que posible que aparezca un dragón (uno de los grandes de Europa, primero de su grupo).
Luis aún debe de tener agujetas en los músculos de su cara después de la paliza que se pegó el sábado por la noche en el Santiago Bernabéu. Sólo durante unos pocos minutos de la segunda parte se refugió en el banquillo. El resto, gritó cientos de órdenes y envió miles de gestos a sus chicos. Casi todo fue inservible, o vaya usted a saber.
«Lo único que hay que poner es una tortilla de viagra», llegó a comentar en voz alta mientras sus jugadores correteaban suavemente después de una charla en la que les mostró su inquietud por lo de la noche anterior frente a los daneses. Fue un chascarrillo más para su particular manual de estilo; el que le ha convertido en el personaje que es. En realidad, si por él fuera, propondría a la Federación invertir en un laboratorio farmacéutico para inventar esa pastillita que le proporcione esa proteína o lo que sea que le falta a la selección, y cuyo déficit (o eso es lo que piensa Luis y la mayoría), la convierte en un equipo tan endeble, salvo rarísimas excepciones, cuando llega la hora de dar el do de pecho.
Los jugadores se ducharon tras la suave sesión de estiramientos y se marcharon a pasar el día libre. Todos se volvieron a ver las caras en la medianoche, en un hotel madrileño, y como vinieron bien cenados, ninguno pidió un pinchito de tortilla de Luis.
¡Una tortilla de viagra! Lo captaron las cámaras de televisión, como pillaron a Luis cuando le dijo a Reyes lo del negro Henry. Y es que ahora uno no se entera bien de las cosas si no tiene a un propio con un tele-misil al hombro persiguiendo al protagonista de turno.
Seguro que Luis mencionó su tortilla de viagra por la falta de excitación que percibió en su equipo. No entendió algunas de las cosas que pasaron sobre el césped del Bernabéu. La gran preocupación del técnico se debe más bien a los desconocido porque jamás antes, ni en un entrenamiento, tal y como él reconoce, vio a sus jugadores con tan escaso poder de atracción.
«Se les fue la pinza», admite Luis, que no encuentra respuesta al rendimiento de algunos de sus jugadores más fiables. Apunta a Xavi y a Iniesta, y es más que probable que los dos o al menos uno de ellos se quede en el banquillo frente a Islandia. Xabi Alonso, que ya fue suplente frente a los daneses, tampoco tiene muy claro que el miércoles vaya a ocupar un puesto en el equipo titular. El nombre de Cesc cobra más dimensión a medida que avanzan las horas.
No hay ninguna duda de que Carles Puyol y Sergio Ramos, cumplida su sanción, regresarán al equipo. Marchena, central de urgencia ante Dinamarca, pasará a la reserva. El valencianista declarará finalmente mañana ante la UEFA por la sanción de cuatro partidos tras los incidentes en el partido de Liga de Campeones con el Inter de Milán. Otro valencianista se ha convertido en un hombre de máxima confianza del seleccionador; es David Silva, que jugó el sábado su primer partido oficial y fue, con diferencia, el mejor de los suyos. En la delantera, después de los magníficos tantos de Fernando Morientes y David Villa
Si la máxima obsesión de Luis es la inversión de testosterona de sus jugadores, el clavo al que se agarra es al calendario. Los próximos cinco partidos los traduce en 15 puntos. Hasta octubre, España tiene tres visitas aparentemente asequibles (Letonia, Liechtenstein e Islandia) y recibe a Islandia y a Letonia. Será a partir de ahí y en el plazo de un mes (entre octubre y noviembre) cuando la selección negocie nueve puntos cruciales para su clasificación: Dinamarca (fuera), Suecia e Irlanda (casa).