M. C.
José Luis Rodríguez Zapatero puso ayer a España como el «mejor ejemplo del éxito de la integración europea». El presidente del Gobierno apuntó incluso la situación de «liderazgo» que, en su opinión, tiene nuestro país en crecimiento económico, reconocimiento de derechos civiles y cuentas públicas.
Zapatero se mostró satisfecho con el contenido de la Declaración de Berlín e hizo votos para que el tratado definitivo que apruebe la Unión tenga «dimensión constitucional». Precisamente, la aprobación de dicho texto junto con la necesidad de «impulsar el papel de la UE en el mundo» son los dos grandes objetivos a los que, según Zapatero, deben enfrentarse a partir de ahora los 27.
«La Unión», dijo, «es el espacio económico más fuerte del mundo, el marco en el que hay más derechos sociales, el ámbito que lidera la ayuda al desarrollo, la región con mayores expectativas de vida... Por todo ello, el proyecto europeo ha sido un éxito y debe seguir siéndolo».
El presidente del Gobierno recalcó que el texto de Berlín lleva la «huella» española, especialmente en los puntos en los que se refiere al papel que debe desempeñar Europa «en favor de la paz y el equilibrio» internacional, en la apuesta para intentar reconducir el cambio climático y en el compromiso que se adopta frente a la inmigración ilegal.
Para el presidente español, los 50 años de historia de la Unión han estado marcados «por la construcción, el diálogo, el derribo de fronteras y el acercamiento entre personas». Por todo ello, afirmó estar dispuesto a defender en el marco de las nuevas negociaciones que se abrirán en junio, aquellas ideas «que han hecho de la UE un éxito». España apostará, según adelantó el presidente, por «un gobierno más comunitario y más ágil», es decir, que trabaje en base a más políticas comunes y con métodos de toma de decisiones simplificados, y defenderá el mantenimiento de «los valores y el modelo social», propio de la Unión».
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