BARCELONA.-
La nueva directora general de Jocs i Espectacles de la Generalitat no tiene intención alguna de mediar entre el grupo Peralada y Atzaria para resolver el conflicto si prospera el recurso presentado por el primero contra la adjudicación del cuarto casino al segundo y el Tribunal decreta las medidas cautelares que se solicitan. Así lo manifestaron fuentes oficiales del Departament d'Interior consultadas por este diario.
Medios del sector consideran que la guerra desatada por la decisión de otorgar una cuarta licencia para la explotación de un casino sólo tiene una salida negociada, que finalmente Inverama y Atzaria lleguen a algún tipo de acuerdo a través de un arbitraje. Pero, de momento, Inverama no tiene prácticamente nada que perder, y Atzaria es el titular de la concesión.
Las fuentes consultadas entre empresarios y sindicatos del sector coinciden en pronunciarse de forma especialmente crítica sobre la gestión del anterior director general de Jocs i Espectacles, Xavier Guitart, especialmente en los últimos meses de la pasada legislatura. La adjudicación del cuarto casino no fue la única decisión que tomó Guitart con el Parlament disuelto y con el Govern en funciones. También autorizó una nueva máquina recreativa, el Binjoc, un bingo virtual en el que los premios no tienen límite y al que las asociaciones de ludópatas consideran un gran peligro.
Cambios en el reglamento
Cuando la actual directora general, Mercè Claramunt, tomó el relevo y trascendió, a través de EL MUNDO, que Guitart había autorizado el Binjoc y que las máquinas, fabricadas por cierto por Cirsa ya estaban funcionando en salas recreativas, tuvo que anunciar públicamente que revisarían el reglamento del juego aprobado por Guitart y, especialmente, su máquina recreativa.
Entre las fuentes consultadas, predomina la idea de que el último director general del ramo del Gobierno de Jordi Pujol, Amadeu Farré, era mucho más fiable que Guitart. Especialmente críticos con Guitart se muestran los responsables del grupo Inverama, no sólo por la forma en la que llevó la adjudicación del cuarto casino, sino porque, aseguran, las loterías de la Generalitat, que fueron adjudicadas a Indra en 2005, tras 20 años en manos de Luditech, una compañía controlada también por la familia Suqué, están siendo desde el cambio de concesionario un negocio ruinoso.
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