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| La violencia es el último recurso del incompetente (Isaac Asimov) |
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| IMPRESIONES |
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| Una guerra empresarial resultado de la mala gestión política |
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Aunque formalmente el grupo empresarial controlado por la familia Suqué, propietario de los tres casinos que, de momento, funcionan legalmente en Cataluña, y sus socios, el grupo Godó y Planeta, han ejercido un derecho que les corresponde y que es habitual cuando se trata de concesiones administrativas, su decisión de presentar un contencioso contra la adjudicación del grupo de inversores liderado por Juan Lao, en la práctica ha aflorado una guerra empresarial desatada por las malas decisiones de la Administración del anterior tripartito. El cuarto casino se adjudicó con el Parlament disuelto, el Govern en funciones y a diez días del inicio de la campaña electoral de las autonómicas del 1 de noviembre. Si la coincidencia de fechas ya levantaba suspicacias por sí misma, el hecho de que el adjudicatario final haya sido el grupo Atzaria de Juan Lao, a quien todo el sector daba por vencedor antes de que se abrieran los sobres con las ofertas, genera aún más desconfianza. En las peleas de gallos, los dos contendientes pierden plumas. Y aunque es cierto que el sector del juego en Cataluña funciona de manera casi monopolística, la situación es más fruto de la historia empresarial catalana que de las decisiones políticas. En cualquier caso, un hecho trascendente como introducir competencia -de ser ése el verdadero motivo del anterior tripartito- no se puede ventilar sin cámara legislativa y con un Gobierno que se marcha con la incertidumbre de si los mismos partidos que lo sostienen van a repetir como mayoría parlamentaria. Al conseller Joan Saura, que ahora se ocupa de Interior, le va a tocar solucionar más de una decisión errónea y no todas ellas fueron tomadas precisamente de buena fe.
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