Martes, 27 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6309.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La violencia es el último recurso del incompetente (Isaac Asimov)
 CULTURA
Fastos, presidentes y rectores entre el marasmo social
B. HERMOSO. Enviado especial

CARTAGENA DE INDIAS. - Los 80 años del escritor no eran cualquier cosa. Los 40 de 'Cien años de soledad', tampoco. Así que los fastos en Cartagena de Indias, ciudad codiciada por piratas y cantada por poetas, estuvieron a la altura de las circunstancias. El diario 'El Tiempo' de Bogotá había recibido en su portada de ayer al Nobel colombiano como 'El Quijote de las letras americanas', ni más ni menos. Claro que aquí y estos días todo es posible, porque a escasas cuadras del Centro de Convenciones, el dueño de una pizzería tiene colgado el cartelito con el nombre de su negocio, que no es otro que 'El Quijote de la Masa'. Y porque, el domingo, unos 'gamines' de la calle se habían llevado como 'souvenir' la pluma que adornaba la estatua de Cervantes recién inaugurada frente a la Torre del Reloj, uno de los símbolos del 'párpado de piedra', como el poeta Hernando Domínguez llamó hace tres siglos a esta maravillosa ciudad.

Publicidad
Los niños tuvieron la pluma en su poder apenas media hora, que es lo que tardó en cogerles la policía. Para entonces, la pluma dichosa había pasado por tres manos distintas y hasta había servido de trueque para hacerse con una botella de aguardiente.

Porque el homenaje a 'Gabo' fue resplandeciente, sí, y transcurrió ante poderosos reyes, presidentes y ex presidentes, sí, y en una ciudad que, además de ser la morada ocasional del escritor vivo más popular en lengua española, está considerada como la perla del Caribe, sí. Pero en esta ciudad ocurre que, a tiro de piedra del muy aristócrata barrio de Castillo Grande, hay como medio millón de pobres, un inmenso barrio de desplazados llamado Nelson Mandela y un galopante turismo sexual que no excluye la variante de la pedofilia, y ante el que las autoridades colombianas prefieren mirar para donde Cristóbal Colón perdió el gorro. Un ejemplo del cruel contraste cartagenero: hasta hace bien poco, en los impresos de 'check in' del Hotel Hilton figuraba un casillero donde el viajero tenía que firmar al llegar y en el que podía leerse: «El huésped acepta el principio de que la prostitución infantil es un delito en este país». Un país y una ciudad donde los 'traquetos' (los caudillos narcos de gama media) siguen controlando el cotarro sexual.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad