LA CARICATURA DE MAHOMA
Una mujer que perdió a su marido en los atentados del 11-M lució ayer una camiseta con la caricatura de Mahoma con una bomba que desató una fuerte polémica cuando fue publicada en un periódico francés. Cuando llegó, se sentó en primera fila, para que los acusados que se encuentran en el habitáculo blindado pudiesen observarla con nitidez. El presidente del tribunal ordenó a la víctima, que pertenece a la asociación de Pilar Manjón, que abandonase la sala para que un policía y un intérprete comprobasen si el dibujo o alguna leyenda podían considerarse ofensivos. Una vez hecho esto, la mujer no fue apercibida y se le permitió acceder de nuevo al juicio con la misma prenda.
SIN PROPOSITO DE ENMIENDA
El acusado Rafá Zouhier parecía haber perdido la costumbre que cogió en las primeras sesiones de ser expulsado de la sala por el presidente del tribunal. Ayer, reincidió. Durante la declaración que prestó su ex novia, Zouhier se esforzó cuanto pudo en llamar la atención de Javier Gómez Bermúdez: se rió a carcajadas, gesticuló, hizo ostensibles aspavientos y hasta gritó... Cuando era su propio abogado el que preguntaba, el juez tomó por fin la determinación de expulsarle: «Se expulsa a Rafá Zouhier de la sala. Bájenle a calabozos. Ha estado haciendo gestos continuamente y posteriormente ha vuelto a gritar». Tras el receso, el acusado volvió a su sitio, pero sin propósito de enmienda: durante el testimonio de Lofti Sbai, siguió 'dando la nota'.
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