Un policía en prácticas de 29 años de edad falleció en la madrugada del lunes cuando el coche camuflado en el que viajaba fue golpeado por un Seat Córdoba al que perseguía. El percance ocurrió a las 03.30 horas en la confluencia de la avenida de los Poblados y la autovía de Toledo (A-42). El coche que empujó a los policías era conducido por un menor que ya ha sido identificado. Se sospecha que es un delincuente magrebí con 11 antecedentes policiales que había comprado el vehículo por 800 euros.
En el vehículo camuflado de la Policía, un Citroën Xara, viajaban cuatro agentes. En el asiento trasero izquierdo iba César Casqueiro Abad, destinado en la comisaría de Carabanchel como agente en prácticas, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Falleció minutos antes de las 11.00 horas en el Hospital Doce de Octubre como consecuencia de un importante traumatismo torácico. Los otros tres ocupantes del vehículo fueron también trasladados al mismo centro sanitario con heridas leves.
Casado hace 18 meses
César Casqueiro vivía en el municipio de Alcorcón. Se casó hace año y medio. Aprobó la oposición para Policía el año pasado y era un gran deportista, según sus amigos.
Los sindicatos policiales denunciaron el hecho de que los cuatro agentes fuesen en un mismo vehículo por falta de medios y coches para trabajar. El Ministerio de Interior no quiso responder a estas críticas.
Según la Jefatura Superior de Policía, la persecución comenzó a las 03:00 horas, cuando emprendían una ronda nocturna los cuatro agentes de paisano que viajaban en el vehículo policial camuflado. Delante de ellos vieron a dos jóvenes de tez morena en un Seat Córdoba que tenía los cristales tintados. Los agentes se extrañaron al ver cómo cambiaban su rumbo en la confluencia de la calle de Ceceo y el paseo 15 de Mayo del distrito de Carabanchel.
Los funcionarios de Policía siguieron el vehículo sospechoso «a una distancia prudencial» y éstos aceleraron, por lo que los policías activaron la sirena e instaron al conductor del Seat Córdoba a estacionar el coche. La reacción de los perseguidos fue apagar las luces del coche y continuar la marcha «de forma temeraria», saltándose los semáforos e invadiendo las aceras «con grave peligro para el resto de la circulación rodada y de posibles viandantes», según la Jefatura Superior de Policía.
La persecución continuó por las calles de General Ricardos, de Santa Saturnina, el paseo 15 de Mayo, la glorieta del Marqués de Vadillo y la calle de Antonio López, desde donde los sospechosos se dirigieron a la A-42 y a la avenida de los Poblados.
Los fugitivos frenaron bruscamente y el conductor del coche policial alcanzó su posición en el carril derecho. En ese momento los perseguidos giraron bruscamente y se abalanzaron sobre el vehículo policial, que perdió el control, giró sobre sí mismo, colisionó con la parte trasera contra la valla metálica del lateral y dio media vuelta de campana.
El Seat Córdoba continuó su marcha en dirección a la M-40, donde le esperaban dos policías en moto de la Unidad de Centauros. Ambos agentes portaban chalecos reflectantes y habían cruzado sus motocicletas en la vía para detener a los sospechosos.
Los ocupantes del Seat Córdoba efectuaron un amago de frenar para engañar a los agentes. Cuando se encontraban a escasos metros de los policías, aceleraron al máximo «con la intención de atropellarlos». Uno de los agentes efectuó un disparo intimidatorio, pero tanto él como su compañero se lanzaron al arcén para evitar ser arrollados por los sospechosos, lo que les produjo lesiones leves.
El Seat Córdoba fue localizado ayer por la mañana en Leganés. Estaba estacionado en un vado. El vehículo no aparecía como robado. Su dueño era un vecino de Móstoles que lo había vendido a otra persona. La Policía localizó a este comprador que dijo que a su vez lo había vendido a un menor magrebí de 17 años. Se cree que este último era el que lo conducía. Anoche no había sido detenido.
Un coche con 4 agentes por escasez de patrullas
El SUP (Sindicato Unificado de Policía) denunció ayer que si existiesen más coches de Policía no habrían viajado cuatro agentes en un mismo vehículo, como ocurrió ayer en el accidente que le costó la vida al agente en prácticas, César Casqueiro, de 29 años y recién casado. Felipe Brihuega, secretario regional del SUP, dijo que a la comisaría de Carabanchel han llegado 50 agentes que no disponen de vehículos zetas para trabajar, como ocurre en gran parte de las comisarías de la capital y la región. «Iban cuatro policías en un coche camuflado por falta de vehículos o porque están estropeados los pocos que hay. Es una realidad muy triste pero no disponemos de herramientas para trabajar y lo venimos denunciando hace varios años sin que nadie tome cartas en el asunto. En cambio hay motos de sobra que están aparcadas en las comisarías sin utilizar», agregó.
Asimismo, el secretario provincial de UFP (Unión Federal de Policía) de Madrid, José Canales, lamentó también que «fuesen cuatro agentes en un mismo coche policial», cuando lo recomendable para garantizar la seguridad «es uno para cada dos policías». «Trabajamos como la policía de Ruanda, con medios rutinarios y que muchas veces ponen en peligro a los agentes», dijo.
Canales invitó a los políticos «a trabajar para mejorar el Cuerpo Nacional de Policía», tanto con «medios humanos como con materiales para que puedan desempeñar mejor su labor». Asimismo, afirmó que han denunciado «por activa y por pasiva» que los agentes «no cuentan con las condiciones que se merecen». «Ya no sabemos qué hacer», finalizó.
La UFP denunció también que no saltó el airbag del vehículo policial. Este sindicato lleva lamentando los problemas de los policías. En la última presentación de los nuevos agentes en Madrid se manifestaron en las puertas del complejo de Canillas.