Martes, 27 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6309.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La violencia es el último recurso del incompetente (Isaac Asimov)
 OPINION
Impresiones
Protección al agresor, insultos al agredido

El Gobierno vasco demostró ayer su nulo interés por proteger a los ciudadanos en general, y su exacerbado interés por proteger a los nacionalistas en particular. De lo contrario, no hay forma de entender lo que ocurrió ante el Palacio de Justicia de Bilbao, cuando Antonio Aguirre, dirigente del Foro Ermua, recibió una patada en los genitales por parte de una persona que había acudido a arropar a Ibarretxe. En primer lugar, la Ertzaintza debería haber previsto los posibles altercados y no forzar a los miembros de ese colectivo a entrar en el edificio por un callejón sin salida donde cualquier exaltado podía colarse sin problema, como de hecho ocurrió. Pero los hechos son más graves, porque cuando el agresor de Aguirre fue capturado por un guardaespaldas y entregado a la Ertzaintza, ésta lo dejó marchar sin siquiera pedirle que se identificara. Mientras tanto, alrededor de un Aguirre casi inconsciente y en el suelo, los seguidores del lehendakari le gritaban «que se muera, que se muera», con total impunidad. Tanto el Gobierno vasco como el partido que lo lidera parecen desconocer que el fundamento de una democracia es que los poderes públicos protejan a todos los ciudadanos, y más si cabe a cuantos se muestran críticos. Lejos de pedir disculpas por este manifiesto incumplimiento de su deber, el portavoz del PNV se jactaba ayer de que los del Foro Ermua realizan «un acto de provocación permanente» que contrasta con el «comportamiento absolutamente cívico» de quienes acompañaron al lehendakari. Sólo le faltó agradecer al agresor los servicios prestados.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad