Sr. Director:

Desde que Rodríguez Zapatero llegó al poder, hace tres años, en España se han visto unas situaciones completamente irreales y surrealistas. Para no ser exhaustivo, concretaría el análisis a los dos temas básicos en que se ha apoyado el actual Gobierno: Las reformas estatuarias y el proceso de paz. Respecto al primero se han, y están, aprobando unos nuevos estatutos de forma completamente caótica, a partir del fracasado experimento en Cataluña. El último fiasco ha sido que ERC, socio del partido socialista, propone a CIU la gobernabilidad si promueve un referéndum de autodeterminación ante la eventualidad de que el TC declare la inconstitucionalidad de una gran parte de su articulado. Y en relación al segundo, tras el atentado de la Terminal en Barajas, no se hace, por parte del Gobierno, más que ceder a las exigencias de ETA-Batasuna, incluyéndose entre dichas cesiones la excarcelación de un terrorista múltiple y la retirada de la acusación del representante de una organización ilegalizada, con su consiguiente absolución, en cumplimiento de un principio formal, el acusatorio, que impide condenar si no hay previa acusación, aunque haya pruebas suficientes para ello. Son como unos castillos de naipes que de forma reincidente nuestros gobernantes han ido construyendo de formal artificial, cuando todos sabemos el resultado inevitable de jugar con fuego y sin base consistente. Se acerca el final de una legislatura que no tiene parangón en los 30 años de la democracia española y es hora ya de sacar conclusiones sobre una forma de gobernar, un talante y los resultados finales. Para ello los únicos responsables serán los ciudadanos en las urnas, por ser los únicos titulares de la soberanía nacional, que reside, como ya sabemos, no en el Rey, ni en los gobiernos, ni en los partidos, sino en cada uno de los españoles.

Julio José Elías. Sevilla.

El 'lehendakari', por encima de la ley

Sr. Director:

Simple, conciso y diáfano. El lehendakari ha dejado claro que está por encima de la ley y que los órganos que al auspicio de nuestra Constitución deben velar por el cumplimiento de los principios igualitarios de la justicia, no son quiénes para pedirle explicaciones. En un ejercicio de reducción sectarista y manipuladora, afirma que él, empeñó su palabra en el diálogo con los vascos y que no sólo lo ha hecho al hablar con Batasuna (formación ilegalizada) sino que volverá a hacerlo cada vez que lo considere conveniente. Y el interrogante surge espontáneo y fácil. ¿A qué vascos se refiere el señor Ibarretxe? A los obligados al exilio por las amenazas de la «encomiable izquierda abertzale», a las víctimas del terrorismo etarra, a los familiares de los muertos y heridos que perdieron su vida o su integridad física por defender la identidad nacional. No, el máximo responsable del Gobierno autonómico de las Vascongadas, considera vascos, sólo a los que preconizan el diálogo de la amenaza y la extorsión, a los que lejos de convencer optan por el diálogo del asesinato y el terror. Pero lo triste no es que este señor, se arrogue el derecho de dialogar con los asesinos, lo doloroso es que el poder legítimo, el que elegido en las urnas detenta la delegación del poder soberano del pueblo español, lo consienta e incluso estimule, permitiendo que se dirija a sus seguidores en rueda de prensa. Decía Ben Jonson sobre la Justicia: «las pruebas pesan más en la balanza de la justicia, que los más elocuentes discursos». Pues eso, a las pruebas me remito.

Agustín Embuena. Sevilla.

Fe de errores

La adquisición de la cadena Ser por parte del grupo Prisa se efectuó en julio de 1985, bajo el Gobierno de Felipe González y no de la UCD, como por error se recogía en el editorial de EL MUNDO del 26 de marzo de 2007.