El Departament d'Interior de la Generalitat se ha comprometido con el Ejército español a no vetar a los agentes de los Mossos d'Esquadra que son reservistas voluntarios para que puedan incorporarse cuando sean llamados a filas. Hasta el momento, los policías implicados habían recibido presiones y amenazas desde sus comisarías y de la cúpula de Mossos para que se apartaran del Ejército.
Un portavoz de la Policía catalana explicó ayer que la Dirección General ha remitido una carta a los agentes perjudicados en la que se les ha comunicado que «pueden compaginar estas dos actividades» sin temer a nuevas amenazas. «No habrá ningún inconveniente» para que cuando sean llamados a filas acudan al Ejército español, añadió este portavoz.
Este cambio de postura se produce justo una semana después de que EL MUNDO informara de que la Generalitat catalana estaba prohibiendo a los agentes que forman parte de la Reserva Voluntaria acudir cuando eran llamados a filas. Esta situación fue amparada también por el Gobierno central, ya que conociendo la situación, permitió que estos policías fueran vetados.
Fuentes oficiales aseguraron ayer que después de que trascendiera la situación en la que se encontraban estos agentes, los diferentes estamentos implicados «empezaron a mover ficha». Y, según aseguraron ayer fuentes de los Mossos d'Esquadra, «la decisión ya está tomada».
La polémica se inició a principios del pasado año cuando unos agentes de los Mossos solicitaron incorporar el distintivo de reservistas a su uniforme policial. Desde la dirección del cuerpo se les negó la petición, pero además se inició una persecución de estos policías hasta el punto de que el entonces major de los Mossos, Joan Unió, remitió una carta a los agentes implicados en la que les conminaba a que se dieran de baja de la Reserva Voluntaria. En la misiva se amenazaba a los agentes con «expedientes disciplinarios» si no hacían caso a las persuasivas recomendaciones.La justificación o excusa que les daban a los policías es que había un problema de incompatibilidades, que parece haber desaparecido.
La situación de enfrentamiento llegó a tal punto que, a finales del pasado año, la por entonces consellera d'Interior, Montserrat Tura -actualmente al frente del Departament de Justícia- se reunió en Barcelona con el jefe de la Oficina de Reservistas, general de división Bernardo Echepare Fernández, para tratar esta problemática.Al encuentro acudieron también representantes del Ejército español y miembros de la dirección de Interior, entre ellos el ex director general de Seguridad Ciudadana, Jordi Samsó, que también está actualmente en el Departament de Justícia. Según fuentes presentes en aquella reunión, la consellera se comprometió a permitir a los policías acudir al Ejército cuando fueran requeridos.
No obstante, desde la dirección de los Mossos se hizo caso omiso a esta decisión y se incrementaron las amenazas a estos agentes en sus propias comisarías. Incluso se celebró una reunión entre los mandos policiales para que señalaran a estos agentes. De hecho, ninguno de los policías reservistas ha ascendido en el escalafón policial y continúan reclamando seguir en el anonimato «para no tener más problemas».
Por su parte, desde la Oficina General Reservista se decidió no generar mayores polémicas para preservar la integridad laboral de los policías. Otro de los aspectos que frenaron a los responsables políticos del Gobierno central que tenían conocimiento de la situación fue «la aprobación del Estatut de Cataluña» porque «era un momento muy complejo» para «provocar una crisis y se decidió zanjar la problemática de la forma más elegante posible», según fuentes militares.
Tras la publicación de la información, el pasado 20 de marzo, el secretario general del grupo del PP en el Congreso de los Diputados, Jorge Fernández Díaz, explicó que pediría la comparecencia del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, para que explicara los motivos por los que se prohibió a agentes de los Mossos acudir a la llamada del Ejército cuando se trata de un derecho constitucional. El diputado popular se puso en contacto con la asesoría jurídica del grupo para que «estudien una situación» que consideró «especialmente grave».
Una reunión clave en el cuartel del Bruc
BARCELONA.- El pasado sábado 24 de abril se produjo una reunión en el cuartel del Bruc de Barcelona a la que fueron convocados la decena de agentes de los Mossos d'Esquadra que se han visto perjudicados por las presiones sufridas para que no acudieran a la llamada del Ejército español. También acudieron miembros de la Oficina Reservista.
Fuentes cercanas a este encuentro aseguraron a EL MUNDO que los miembros del Ejército español que estuvieron presentes en la reunión tranquilizaron a los policías asegurándoles que habían recibido garantías de la Generalitat catalana para que esta situación no se volviera a producir y les explicaron que no tenía por qué seguir teniendo miedo a sufrir represalias en sus propias comisarías.
Las citadas fuentes aseguraron que en el encuentro se habló de la «influencia» causada por la aparición en la prensa de las presiones que sufrían estos agentes. «Si no hubiera sido publicado, otro gallo les hubiera cantado», concluyeron fuentes cercanas a las personas que participaron en la reunión y que no deberían volver a sufrir ni presiones ni amenazas por su condición de reservistas voluntarios.