DANIEL G. SASTRE
BARCELONA.-
Conforme pasan los días, CiU atempera su discurso con respecto a la propuesta de Esquerra de elevar a Artur Mas a la Presidencia de la Generalitat a cambio de promover un referéndum de autodeterminación. Sus dirigentes cada vez tienen más claro que la oferta, que en un principio interpretaron como «una broma» o una «provocación» de los republicanos, puede estallarles en las manos y provocar un seísmo en el Gobierno catalán.
El líder de la federación advirtió ayer a Esquerra de que «si finalmente presentan la moción en el Parlament, esto haría inviable el tripartito». Mas, que no quiso desvelar el sentido de su voto, instó a presidente Montilla a «explicar su posición», porque «no puede seguir callado». «Además, es miembro de la ejecutiva del PSOE, y me cuesta creer que un partido de obediencia española pueda aguantar a un gobierno que reclama la propia independencia del país», añadió.
Por su parte, en el discurso más conciliador en mucho tiempo con ERC, el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, se mostró dispuesto a alcanzar «algún día» acuerdos «más sólidos» con la formación que preside Josep Lluís Carod-Rovira, incluso «de gobierno».Puig se declaró «independentista», y anunció que la federación propondrá en el Parlament que se modifique la legislación para que, en el futuro, Cataluña pueda convocar referendos.
Pese a todo, el portavoz de CiU consideró, en declaraciones a TV3, que los republicanos deben «madurar un poco más», y calificó de «impropia de un partido de gobierno serio» y de «frívola y banal» la propuesta de ERC, sobre todo por cómo se produjo.
«No nos planteamos para mañana un referéndum por la independencia.En la independencia de Cataluña hay que pensar siempre, no debe hablarse casi nunca y hay que trabajar por ella cada día», añadió.
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