Miércoles, 28 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6310.
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 CULTURA
I PREMIO VALLE-INCLAN DE TEATRO / JUAN ECHANOVE / Actor y director teatral
«¿Riesgo? La potencia del teatro es la honestidad»
QUICO ALSEDO

MADRID.- No hay quien entienda a Juan Echanove un día después de ganar el Valle-Inclán: va sobrerrevolucionado. Cada respuesta dura fácilmente 10 minutos. «¡Es que empezaba a estar al límite con Houellebecq! Esto nunca lo había dicho nunca, pero estas navidades, con la puta obra, han sido muy duras: ¡si es que íbamos detrás de Papá Noel con dobles penetraciones! Y pierdo dos kilos de líquido en cada función... ¡Y ni siquiera he podido llevar a mi hijo a la obra!», y bla-bla-bla-bla-blá.

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Triunfar con la «puta obra», Plataforma, una de las apuestas más duras, a contracorriente y arriesgadas de los últimos años en España, debe de ser vigorizante. «¡Absolutamente! Pero voy a salir con una responsabilidad a escena que voy a sufrir una transformación que» bla-bla-blá...

Señoras y señores, con ustedes, Juan Echanove (Madrid, 1961), que estudió Derecho dos años, se enamoró del teatro, y hasta hoy.

Pregunta.- Alguien dijo el mismo lunes; «¡EL MUNDO premiando a un rojo!». ¿Opina?

Respuesta.- Yo también lo oí, pero ¡eso da aún más valor al premio!: se ve que no hay coartada política. Y siempre he podido decir lo que pienso en este periódico. Y no me gusta la corrala en que se ha convertido la política de mi país, pero jamás vetaré a nadie. ¡La libertad de expresión ha costado demasiadas vidas!

P.- Dijo en su agradecimiento que cualquiera podía haber ganado...

R.- ¡Y lo digo sinceramente! ¡De verdad! Para mí era un honor progresar en cada votación, ¡y hacerme luego una foto con toda esa gente [el jurado], gracias a los cuales soy actor! ¡Si es que es muy fuerte!

P.- También hay quien ha leído el desenlace del premio como un espaldarazo al teatro moderno, de riesgo.

R.- ¡Puede ser, puede ser! Yo creo que los jóvenes están... Los jóvenes... [se aturulla] Mira, yo estoy a favor de las jugadas de riesgo, pero un teatro de peso tiene que tener muchas caras, porque hay muchos tipos de público. Yo creo que lo que hace al teatro potente es la honestidad, más allá del riesgo y la temática.

P.- ¿Qué le falta y qué le sobra al teatro español hoy?

R.- Mira, yo apunto a la fidelidad del público, a que tome como una costumbre ir al teatro a engrandecerse con creaciones artísticas... [se embala] Pero cuanto mayor sea la exigencia, mejor, dejemos de mirarnos el ombligo; si el espectador viene tenemos que hacerlo nuestro. El espectador es un cliente al que hay que fidelizar, ¡hay que fidelizarlo!

P.- Mójese: diga nombres. Venga, un poco de riesgo...

R.- Mira [él va a lo suyo], pasamos una fase que necesitábamos infraestructuras y ahora tenemos textos, y te voy a decir tres nombres de autores que van a ser grandes: Juan Mayorga, Marc Rosich [que ha adaptado Plataforma para la escena] y Bernardo Sánchez Salas. Son de una generación que tiene mucho que ver con lo que hace Ernesto Caballero, con lo que hace Animalario, con mezclar teatro con danza...

P.- ¿Convive ya mejor con su personaje en Plataforma, turista sexual y adicto al porno? ¿Salen de marcha?

R.- Bueno, yo de copas hace meses que no salgo: pierdo entre dos y tres kilos de líquido por función, date cuenta de que en pocos meses tengo que hacer 70 plataformas... ¿Mi visión de Houellebecq? Tengo que decir que yo soy uno de esas personas a quien critica él: yo soy un gilipollas que cree que hay solución para las cosas, que las ideas pueden hacer el mundo mejor.

P.- ¿No participa de su nihilismo?

R.- No llego a los escalones finales de su ideología, no llego a asomarme totalmente al abismo... Que aún me gustan los premios Valle-Inclán, que veo muchas sensibilidades... Y no me tengo que ir a Tailandia a buscar horror: me basta con oír la radio por las mañanas. Me horrorizo, pero creo que hay soluciones.

P.- ¿Ha humanizado al personaje?

R.- Es posible, pero Houellebecq nunca escribió el personaje central de Plataforma para ser interpretado. Él puso el acento en la frialdad del pensamiento, todo en la obra sucede dentro de la mente de los personajes, por eso es fácil confundir al autor con un filósofo, pero él no hace teoría: una cosa es pensar, otra vivir. Sí lo he humanizado: el protagonista pierde a su amada a causa de un atentado terrorista. Estuve leyendo cartas de víctimas del terrorismo, y es tan duro, tan doloroso...

P.- ¿Ha temido Juan Echanove que se le adhiriera algo del protagonista de Plataforma?

R.- No, ¡sí! Mira, yo cuando hice El cerdo, sobre la explotación animal, casi me vuelvo loco y me dije que no me volvería a pasar nunca, que no me iba a volver a deleitar usando nitroglicerina y mirando a ver si se me cae. No: me apetece tomarme una cerveza y luego poder meterme en la cama, y descansar. Por otro lado, es inevitable caer en la cuenta de cosas: por ejemplo, que en el mundo capitalista todos los valores se basan en el dinero, y que cuando se acaba el dinero todo se va por el sumidero... Luego está la cuestión de que vivimos hoy en un mundo en que no nos ponemos de acuerdo para nada: ni en un pueblo de 100 personas, ni en un país de 40 millones, ni en un continente de 300...

P.- Ha hablado mucho del pánico que le produjo de inicio la novela.

R.- Más que la novela, el puto miedo que me daba subirme al escenario con esto. Yo sé cómo trabaja Bieito [director del montaje], y me daba mucho miedo. Calixto dijo una vez una cosa en un ensayo que le define totalmente. Le dijo a uno de los actores: «Si estás necesitado de cariño, vete a un psicólogo». Con él no vale la cháchara esa de darlo todo en escena y tal y cual. Él te obliga a dar un salto mortal sin red, quieras o no. Cuando leí el texto, me dije: «Vale, esto va de la sociedad actual y todo eso... Pero que lo haga su puta madre». Luego lo entendí y...

P.- ¿Y qué va a hacer con los 50.000 euros del premio?

R.- Pues invertirlos en teatro, nada raro. De El precio salió Visitando a Mr. Green, y así. Voy a volver a dirigir. Tengo dos proyectos, y en unos días anunciaré cuál hago. Seguramente estrenaremos hacia marzo del año que viene. Pero bueno, a Plataforma aún le queda mucho recorrido, probablemente hasta diciembre.

P.- Ha sido en la fiesta emocionante verle abrazarse con Aitana Sánchez-Gijón. Uno recuerda Bajarse al moro...

R.- ¡Si es que empezó conmigo, casi era una niña! Es un amor para toda la vida, es como mi hermana...

P.- ¿Y cómo se va a subir al escenario del Teatro Romea Juan Echanove esta noche?

R.- Mira, créeme si te digo que hoy es el primer día que creo que voy a hacer Plataforma como quien va a un remanso de paz. Este premio me queda grande... No sé... Estoy sobrepasado.

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