Lo dijo la ministra de Cultura: el Valle-Inclán «ha nacido con buen pie», y más con la nómina, de campanillas, de los 12 finalistas, todos ellos presentes y expectantes en el Real. Nuria Espert -que por algo está en el centro en la imagen- ejerció de madrina de todos por cuestión de trayectoria, y abajo en la pirámide de edad se situaron las actrices emergentes Belén Fabra y Celia Freijeiro. Cuatro directores del peso específico de Gómez, Boadella, Caballero y Pérez de la Fuente conformaron el grueso del grupo, Irina Kouberskaya jugó el papel minoritario de calidad (su trabajo ha sido hercúelo con
Retrato de la avaricia, la lujuria y la muerte
) y la autoría actual estuvo representada por Paloma Pedrero. Pero el
glamour
lo pusieron los actores consagrados: una discreta Julieta Serrano, una muy expansiva Aitana Sánchez-Gijón y el gran tapado final: el triunfador Juan Echanove.
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