JAIME RODRIGUEZ
«Quiero hacer por la natación lo que Michael Jordan hizo por el baloncesto». Palabra de Michael Phelps. El campeón norteamericano, empeñado en transformar su deporte en un espectáculo de primer nivel, protagonizó ayer una de las finales más apasionantes de la historia. En el Mundial de Melbourne, donde se había propuesto conseguir siete oros, ayer sumó el segundo con estruendo. Lo alcanzó en la pugna del 200 libre, prueba reina en los últimos años desde que estrellas como Ian Thorpe o el propio Phelps la han utilizado de primer escaparate de sus hazañas. En el Rod Laver Arena, el chico que aspira a emular a Mark Spitz batió el récord del mundo de Thorpe, que desde la grada aplaudió la gesta. Una marca (1:44.06) que ostentaba desde 2001. Phelps ayer la rebajó hasta 1:43.86 en un poderoso sprint final.
Tumbó al holandés Pieter Van den Hoogenband en los últimos 50 metros, después de que el holandés le disputara la serie en el comienzo. Sin embargo, el giro definitivo de Phelps, en los 150 metros, destrozó la pugna. Se escurrió bajo el agua (su especialidad) a una velocidad imposible y emergió sacando un cuerpo a su rival. El duelo tuvo como acompañante al surcoreano Tae Park, bronce ayer, que a sus 17 años se ha convertido en la revelación de los Mundiales tras ganar el oro en los 400 libre. «No esperaba conseguir rebajar esta noche el récord. La clave estuvo en los primeros 100 metros y en el giro final de los 150, me vi con fuerzas y fue adrenalina pura», dijo Phelps, que con 21 años acumula ya ocho medallas olímpicas y 13 en los Mundiales. Y mira con ambición a Pekín, donde pretende batir esta vez sí el récord de siete oros de Spitz.
Villaecija.
Tras su gran clasificación, la primera baza de la natación española, Erika Villaecija, brilló ayer en la final de 1.500, consiguiendo un cuarto puesto de enorme valor en la máxima competición internacional. La catalana volvió a batir un día después el récord de España (16:05.8) en una veloz carrera ganada por la estadounidense Kate Ziegler (15:53.05). Segunda fue la suiza Flavia Rigamonti y tercera, la japonesa Ai Shibata, que se vio acosada en la parte final por Villaecija. La joven entrenada por Joan Fortuny suma así su mejor resultado en una final de una gran cita, tras el quinto puesto en los Juegos de Atenas, y reafirma su buen rendimiento esta temporada, donde consiguió en diciembre un bronce en los Europeos de Helsinki en piscina corta. La decepción española fue la derrota en los cuartos de final del equipo de waterpolo femenino (10-6).
En la jornada de ayer, el Rod Laver Arena pudo presenciar cómo se batían tres plusmarcas mundiales más, junto a la de Michael Phelps: Natalie Coughlin (59.44) en los 100 espalda; Aaron Peirsol (52.98) en los 100 espalda; y la italiana Federica Pellegrini (1:56.47) en la semifinal del 200 libre.
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