J. T. D.
MADRID.-
De momento, pesan más las dudas que las certezas en el proyecto de Acciona y Enel. Pese a que el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) contiene numerosos detalles sobre la operación, los analistas echaban en falta ayer algunos datos capitales, como el horizonte contemplado para culminar la OPA, la modalidad de pago o las posibles desinversiones.
Tras un estudio más detenido del proyecto, los expertos recordaban ayer que la oferta conjunta no tiene plazos conocidos. Al paréntesis de seis meses promulgado por la CNMV hay que sumar entre 10 y 12 meses más, habida cuenta de los numerosos obstáculos administrativos que debe salvar la operación. Una vez que sea legalmente posible lanzar la OPA, Enel y Acciona tendrán por delante los trámites ante la CNMV, que llevarán en torno a 45 días. El proyecto tendrá que pasar el examen de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), la denominada Función 14, que llevará un mínimo de un mes; y superar la aprobación de la Comisión Europea (unos seis meses). La aprobación del folleto requeriría otro mes, y el periodo de aceptación alargará el proceso entre 30 y 60 días más. Todo ello sin contar los retrasos por los requerimientos de documentación que podría acarrear una operación tan singular. No en vano, se trata de la compra de la mayor eléctrica del país por parte de una multinacional extranjera estatal y una constructora española.
Algunos analistas también precisaban ayer que Enel y Acciona no han especificado cómo efectuarán el pago de la OPA. Las dos empresas que han lanzado ofertas por Endesa aclararon desde el principio este punto, vital para que los accionistas tomen una decisión. Gas Natural planteó un intercambio de dinero y acciones, mientras que E.ON apostó por pagar el 100% del capital en efectivo.
Otra de las incertidumbres que genera la operación es la posibilidad de la división de Endesa. Enel y Acciona son las primeras en reconocer que la existencia de «discrepancias irreconciliables después del tercer año de vigencia del acuerdo» podría resolverse «mediante la división de los activos de Endesa». Según fuentes del sector, incluso en el mejor de los casos -es decir, si los dos socios permanecen unidos-, tendrán que realizar fuertes desinversiones para cumplir con las exigencias de las autoridades de competencia. Sin embargo, ni Enel ni Acciona han señalado qué activos estarían dispuestos a ceder.
Los promotores de la operación podrían verse obligados a vender Viesgo. La compañía cántabra, controlada por Enel desde 2002, tiene una cuota de mercado cercana al 5%. Y el Gobierno, según los últimos mensajes del Ministerio de Industria, no está dispuesto a permitir que una sola eléctrica tenga más del 30% del mercado.
La CNE también podría obligar a los nuevos dueños de Endesa a ceder la gestión de las centrales nucleares, puesto que ninguna de las dos empresas -a diferencia de E.ON- tienen experiencia con los reactores. Acciona no posee ninguna planta de este tipo y la energía atómica está prohibida en Italia.
La suma de los activos acarrearía, asimismo, un problema de competencia en Italia, puesto Endesa es una de las pocas eléctricas con capacidad para hacer frente a Enel.
|