BARCELONA.-
General Electric Power Controls ha anunciado el cierre de su fábrica de material eléctrico de Terrassa (Barcelona), que emplea a 200 personas, y la reestructuración de la de Móstoles (Madrid), en la que prevé reducir la plantilla en unas 40 personas, según informaron a Europa Press fuentes sindicales.
La fábrica de Terrassa se dedica a la fabricación de contactores, interruptores especiales para poner en marcha motores eléctricos (utilizados en maquinaria y ascensores, entre otros) y ha pasado en tres años de contar con 400 empleados a rozar los 200, según el comité de empresa.
Esta reducción progresiva de plantilla, que en diciembre se tradujo en 25 despidos, se debe a que desde 2003 se han ido sucediendo deslocalizaciones de departamentos como logística, diseño o el laboratorio de investigación y control.
La dirección de la compañía en Budapest (Hungría) baraja la posibilidad de mantener unos 40 o 45 puestos de trabajo de Terrassa para que sigan con la producción en Cataluña de centros de control, un armario distribuidor de electricidad que se emplea en la industria petroquímica y en las centrales nucleares.
Los representantes de la plantilla todavía no saben dónde se llevaría a cabo esta producción, si en algún polígono industrial cercano a Terrassa (la planta actual ha quedado dentro del casco urbano) o en la planta de GE en Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) que emplea a 165 personas.
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