ELENA ALJARILLA. Especial para EL MUNDO
BRUSELAS.-
Costó, pero al final la constancia de la presidencia alemana logró arrancar a los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete un acuerdo para abaratar los pagos transfronterizos mediante tarjeta de crédito o débito o transferencia, dentro de la Unión Europea. Según el comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, el acuerdo supone un claro avance hacia la creación de un área única de pagos.
Según los cálculos de Bruselas, con la unificación de los sistemas de pago, la economía europea podría ahorrarse hasta 28.000 millones de euros anuales. Para ello, los ministros de Economía han alcanzado un acuerdo político para que los pagos transfronterizos «sean tan fáciles, baratos y seguros como los pagos dentro del territorio nacional».
El principal obstáculo a eliminar son las barreras que hoy impiden a los proveedores de servicios de pago operar en otro Estado miembro, y permitir el acceso al mercado a entidades no bancarias, lo que supondrá, según Bruselas, un incremento de la competencia y por ende unos precios más baratos. Lo más novedoso es, por ejemplo, que una transferencia electrónica sea efectiva en el plazo máximo de un día.
El de ayer fue el primer paso hacia el establecimiento de una verdadera zona de pago único en la UE, pero aún le queda un largo camino hasta convertirse en una realidad. Antes, el Parlamento debe dar su visto bueno al texto y volver a la mesa del Consejo para su aprobación definitiva.
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