El Gobierno vasco optó ayer por la huida hacia adelante, en lugar de reconocer y condenar los actos violentos que tuvieron lugar en los aledaños del Palacio de Justicia, protagonizados por parte de los concentrados, acusó a los miembros de los movimientos cívicos que han denunciado a Ibarretxe de «insultar» a los manifestantes con gritos de «fascistas y nacionalistas de mierda», y de mantener una actitud de «provocación» por dirigirse a la puerta principal del edificio.

«La actitud del Foro Ermua es evidente para la sociedad», señaló Azkarate, que acusó a sus miembros de abandonar el Palacio de Justicia por la parte de atrás para tratar de acceder a las dependencias judiciales después por la misma puerta que usó el lehendakari y sus acompañantes.

«¿Quién es el responsable de la crispación? ¿Los que estaban concentrados pacíficamente frente al Palacio de Justicia o los que anduvieron atrás y adelante, a insulto limpio, con ánimo de provocar?», se preguntó Azkarate, que anunció la elaboración de un informe por parte de la Ertzaintza para aclarar los hechos que tuvieron lugar en la calle de Colón de Larreategui y no descartó la adopción de medidas legales.

La portavoz evitó dar por hecho que Antonio Aguirre fuera agredido, aunque sí explicó, a preguntas de los periodistas, que cuando el Gobierno aseguró que el procesamiento del lehendakari «no iba a salir gratis» no se refería a acontecimientos como los sucedidos ayer.

Azkarate invitó al juez instructor de la causa que sigue contra Ibarretxe a «acabar con el teatro» y a archivar el procedimiento penal.

Además de agradecer la solidaridad de los que se concentraron en Bilbao y frente a los ayuntamientos del País Vasco, la portavoz lamentó que el magistrado Roberto Saiz admitiera la presencia de Dignidad y Justicia como parte en la toma de declaración. El juez, según el Ejecutivo vasco, «decidió ayer inclinar nuevamente la balanza hacia una de las partes».