ROBERTO BÉCARES
Manuel A. Bustillos dejó su coche -un BMW serie 5- en doble fila en la calle de Pinto, de Parla, el pasado miércoles. Eran las 11.15 horas. Mientras se dirigía a sacar dinero de un cajero de Banesto, oyó que alguien pitaba. Su coche impedía la salida a otro. Volvió hacia su vehículo, y cuando ya estaba sacando el coche vio llegar al lugar a una patrulla de la Policía Municipal de Parla. Allí empezó el peor día de su vida, dice. Siete horas de angustia que acabaron en el hospital y que lo llevarán al juzgado acusado de agresión a agentes, aunque su versión es muy distinta.
Según Manuel, un informático peruano de 29 años, que reside desde hace dos en España, fueron a por él. «Había varios coches en doble fila pero fueron a por el mío. Cuando había ya pasado por unas seis calles, vi que estaban detrás de mí. Empezaron a darme las luces y paré. Mientras uno de los agentes iba a ver la matrícula delantera, oí cómo uno de ellos decía: 'Es un sudaca y va de chulo con ese coche'. El otro le respondió: 'Clávasela, anda'», explica.
Fue ahí cuando Manuel, viendo que los agentes iban a «actuar de mala fe», comenzó a grabar con su móvil, que tenía en la mano, la conversación. Manuel dejó el móvil en el asiento del copiloto. Ya con la ventanilla del asiento del conductor bajada, el agente se acercó y le indicó que le iba a multar y que le enseñara los papeles. «Les pregunté por qué me iban a multar a mí, si era por ser sudaca, como acababa de comentar con el otro agente. Uno de ellos me dijo: 'Tú a mi no me dices lo que tengo que hacer'», cuenta.
Tras multarle por dejar el coche en doble fila, Manuel le indicó que había grabado la conversación. Los policías volvieron a seguirle y le hicieron parar de nuevo. Entonces fue, siempre según el relato del informático, cuando empezó el forcejeo por el móvil. «Metieron la mano por la ventanilla del copiloto para cogerlo, pero yo conseguí guardármelo en la cazadora», dice. Ante su negativa a dárselo, «yo les dije que no tenían derecho a pedírmelo», dice Manuel. Luego le invitaron a bajarse del coche. De acuerdo con su versión, una vez fuera del vehículo comenzaron a forcejear con él. Asegura que le empujaron contra la pared y le patearon mientras le insultaban. Una vez en el suelo, le clavaron la rodilla en la espalda y le apretaron la cabeza contra la acera. Al final, Manuel cedió y les dejó coger su móvil. «Ellos borraron parte de la grabación que había hecho». «Me esposaron y me tuvieron dando vueltas en el coche patrulla 50 minutos. Llamaban a la central para ver qué hacían conmigo. Desde la central les decían que alegaran que les insulté y les pegué», dice.
Luego, los agentes le llevaron al centro médico, donde le hicieron una revisión, todavía esposado. «Uno de ellos me dijo que en mi país me hubieran pegado un tiro. Yo les dije que allí no era así y me respondió: 'Pues vuélvete a tu puto país, sudaca de mierda», dice. La médico especificó que Manuel tenía una abrasión en la región frontal, herida en el labio, una abrasión en la pierna y una contusión costal. Ahora el juez le ha citado como acusado por agresión a agentes. Él ha presentado una denuncia contra los policías por agresión. El Ayuntamiento de Parla corrobora que los agentes han denunciado a Manuel por agresión y que el asunto está en el juzgado.
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