JOSE MARIA ROBLES
En el programa El Rondo, cuando Kanouté, Ronaldinho o Van Nistelrooy cuelan un gol entre tanto croché de dialéctica mórbida, se escucha una canción de Maná, Shakira o el grupo promocionado de turno. En los resúmenes de la Premier inglesa, cuando Drogba, Cristiano Ronaldo y hasta Crouch burlan al portero, suena We Are Balboa. That's the difference. Cuestión de gustos.
Anoche, un martes que no era de Champions, se dejaron caer más bien pocos futboleros por la Sala Moby Dick. Lo que sí hubo fueron dos tercios de entrada para dar la bienvenida al cuarteto formado por Lúa Ríos (voz), Carlos del Amo (guitarras), José Mora (bajo ) y David Leandro (batería), un grupo ensamblado en Madrid y que, sin embargo, funciona con british petroleum.
Por fin se presentaron, con media hora de retraso (expectación obliga) y un tanto timoratos. Los golpes de guitarra, uno de los pilares del grupo, apenas dejaban oxígeno para las melodías paralizantes de la menuda Lúa, el otro gran activo de la formación. La fórmula, con alguna incursión punk y cierto guiñito al rockero sello discográfico Sun Record, fue aceitándose pese a que en ese momento goteaban temas ocultos en la discografía de los antiguos Balboa (providencial cambio).
La barra libre de himnos, por tanto, se veía venir. Así, Lady (ya en pleno furor My space y entrando a saco en el álbum que les ha servido de catapulta, Space between bodies) vino a cosquillear con ecos casi de Foo Fighters a los pocos que aún no se habían movido una baldosa.
Con pocos gestos de cara a la galería (apenas un guiño de ojos, una media sonrisa) transmitía complicidad la hija de Miguel Ríos. De eso se ocupó Wink, montaña rusa con la batería echando chispas, guitarra aceleradísima y algún susurro macarra. Momentos después para un corte inédito (protagonismo para el bajo) y otra vez a la carga (Some places, próximo single de la formación, y el omnipresente en la MTV Space between bodies). Se trataba de presentar credenciales con puñetazo en la mesa. Hacer hoyo en uno. A modo de traca final: versiones de Rolling Stones, Queen + David Bowie. Habrá quien diga sobre estos agitadores no tan recién llegados al circuito: canciones muy cortas, que esta pólvora ya está inventada, registros vocales casi fotocópicos. Que acudan a la próxima convocatoria. Todo eso, tan bien ejecutado, es por estos pagos una virtud celestial o alienígena.
Eso sí, llama la atención que We Are Balboa resista y gane en inglés ahora que la fiebre Dover apenas llega a unas décimas de calentura (parientes cercanos como Sexy Sadie y Sunflowers ya se fueron por el desagüe; Sidonie optó por trasplantarse al idioma de Cervantes). Pero es que en su caso no puede ser de otra forma. En las islas ha sido donde ha encontrado inspiración, cierta parroquia y, sobre todo, colaboratas de primera. Dar forma al sonido power pop (o es indie rock) marca de la casa fue cosa de Jon Gray (The Subways, The Zutons, The Coral) y Kevin Metcalf (Oasis, The Kinks, Supergraff). Chiribitas les debieron de hacer los ojos cuando vieron a unos españolitos defenderse cuerpo a cuerpo en la Global Battle of the Bands celebrada en el Astoria londinense...
Tras la cita de ayer, sus más inmediatos bolos tendrán lugar en Birmingham, Liverpool, Manchester y Sheffield. Seguro que por allá lo dicen con excelente acento: banda to keep a close eye on.
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