JAVIER ESPINOSA. Enviado especial
EL CAIRO.-
El régimen egipcio certificó la anunciada victoria del sí en el referéndum constitucional del lunes, asegurando que la reforma se aprobó con un 75,9% de sufragios favorables, según cifras que proporcionó el ministro de Justicia local, Mamdu Marei.
Sin embargo, el resultado quedó eclipsado por el abrumador boicot con el que la población local acogió la consulta. Aunque Marei dijo que la participación había sido del 27% -una cifra que ya marcaba un récord histórico a la baja-, las organizaciones de observadores independientes defienden que osciló entre el 3% y el 5%.
Entidades como el Centro Egipcio por los Derechos Femeninos denunciaron toda suerte de irregularidades, como la supuestamente ocurrida en al menos tres distritos electorales y que se trataba de una singular oferta por parte de los funcionarios del oficialista Partido Nacional Democrático de «medio kilo de carne» por cada voto favorable.
Los propios jueces locales, encargados de supervisar todo el proceso, se sumaron a la oleada de críticas y un portavoz de la principal asociación de la judicatura, Ahmed Sabr, afirmó que los organizadores de la votación les impidieron vigilar la misma y que llegaron a constatar la subrepticia aparición de urnas rellenadas y manejos similares.
Ignorando reclamos y datos de participación, el presidente Mubarak se felicitó y dijo que los «ganadores son los egipcios. Pese a que estas reformas representan un salto cualitativo hacia el progreso de la democracia, la democracia no sólo se logra con textos constitucionales y legislativos sino también con una participación creciente».
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