C. F.. Corresponsal
NUEVA YORK.-
El Senado estadounidense desafió ayer al presidente Bush y decidió mantener el calendario de retirada de las tropas de Irak para la primavera del 2008. Dos senadores del partido republicano, Chuck Hagel y Gordon Smith, se unieron a los demócratas a la hora de derrotar (por 50 a 48 votos) una enmienda que pretendía suprimir la fecha de repliegue de las tropas aprobada inicialmente por la Cámara de Representantes.
La votación final de la ley del nuevo presupuesto de guerra de más de 125.000 millones de dólares está prevista para el jueves o el viernes e incluirá finalmente la propuesta demócrata para que el repliegue de las fuerzas de combate comience a los 120 días, de modo que el 31 de marzo sólo permanezca en Irak un número limitado de efectivos antiterroristas y adiestramiento de las tropas locales.
El presidente Bush reiteró ayer que vetará cualquier ley que limite la capacidad de maniobra del Ejército norteamericano. En un comunicado de prensa, la Casa Blanca aseguró que fijar un calendario de retirada equivale a admitir el «fracaso de la guerra» y pone en peligro la pervivencia de «la libertad y la democracia» en Irak.
El portavoz de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó sin embargo que el paso al frente de la Cámara Alta «envía un poderoso mensaje al presidente y refleja el sentimiento abrumador de la mayoría de los americanos».
«No podemos seguir firmando cheques en blanco a una estrategia que ha fracasado en todos sus frentes», alegó por su parte el demócrata Robert Byrd, uno de los contadísimos senadores que votó en su día contra la autorización de la guerra. Byrd recordó que, al cabo de tres años en Irak, la guerra ha costado la vida a más de 3.225 soldados norteamericanos y a decenas de miles de iraquíes.
Deserción republicana
Los demócratas se felicitaron por las postura de dos senadores republicanos, Chuck Hagel y Gordon Smith, que votaron ayer contra la enmienda propuesta por su correligionario Thad Cochran para suprimir el calendario de retirada. El demócrata Joe Lieberman se cambió también de bando y votó con los republicanos.
Pese al pírrico resultado final (50 a 48), la enmienda fue derrotada y la propuesta para el repliegue de las tropas sigue intacta. La batalla entre el Capitolio y la Casa Blanca está más que asegurada y amenaza con comprometer la «nueva estrategia» para Irak anunciada por el presidente Bush hace apenas meses.
|