ARCADI ESPADA
Grandes dijo ayer en Sevilla que cada día fusilaría a dos, creo que de laáderecha. Fue en una rueda de prensa, convocada para la presentación de su última novela. Es probable que deásentirse obligada a dar algún tipo de explicaciónáGrandes se refugie en la habitual soberbia metafórica de algunos escritores. Uno de los rasgos que diferencian un escritor de un charlista es que el primeroáusa las metáforas como si pudieran tocarse, y ella verá qué escoge. Pero al margenáde la profunda traición literaria que supone reducirála metáfora aáuna forma de la impunidad, es indiscutible que Grandes ha diseminado infección en el paisaje. No ha sido la primera. En los últimos meses otros escritoresáhan utilizadoágoma dos para cazar conejos y hay uno, peculiar, que sólo deja de licuarásus metáforas cuando hay que fusilar al PP: su hora deláléxico recto. Todos ellos son escritores que se vinculan (se autovinculan, sobre todo) conála izquierda. Desde Rafael García Serrano, y yaárendido El Alcázar, no distingo a ningún escritor de derechas con las armas en la mano. Veo muchos beatos, pero su punición no va más allá del cilicio. Tampoco entre los nuevos reaccionarios patrios veo pelo en pecho: mucho neologismo y mucha pirotecnia, pero poco hierro. De coger el hierro, digo.áY los dos castizos que quedan siguen en su milenario genocidio, aplastando cabezas de gambas cadaámediodía. Por lo tanto parece que hemos franqueado un umbral llamativo:ála superioridad moral de la izquierdaále permiteáhablar de fusilar en solitario. Menos mal que dos no fusilan si uno no quiere.
La izquierdaásoi disant sabrá hasta dónde llega. Sólo dos cuestiones para el camino. La primera esáun recuerdo deálosáprimeros años de la Transición, donde se juntaban matandoámarxistasáy fascistas. También entonces los crímenes de la izquierdaápretendían gozaráde una superioridad moral: sólo hay que recordarálas páginas que dedicaban los periódicos a los crímenes deáunos y otros: alarmado despliegue en el caso de los fascistas y burocrático tratamiento en los otros. Había una explicación, sin embargo: los crímenes fascistas se interpretaban como el presagioádel gran crimen: es decir del golpe de Estado. Comprendo bien el miedo de mis hermanos mayores y sus vahídos. Por el contrarioála superioridad moral se pretende ejercer hoy, muy cómodamente,ádesde el poder, sacando a pasearáaguiluchos conáauraápara dar miedo a los niños.áPor último: cuando carguenásus fusilesáde metáforas los soi disantáno debieran olvidarseáde este hecho: en España, hoy, sólo se mata políticamente en nombre de la izquierda.áPor lo tanto y dada, Grandes, la objetiva situaciónáde inferioridad moral, mejor denotar que detonar.
Coda: [Furrier]. «Canalla barretina: si otra vez me dicen que soy dellos, no les dejaré hueso sano». Cervantes, El retablo de las maravillas)
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