SALUD MUÑOZ
TARRAGONA.-
El constructor José Luis García, principal imputado en el caso Terres Cavades, ha conseguido, gracias a su mayoría de acciones y a través de la plataforma que ha impulsado esta última semana, el control de la Sociedad Anónima Deportiva del Nàstic. Salvado este escollo, y con el apoyo total del alcalde de Tarragona que vuelve a tramitar el plan de Terres Cavades, el promotor podrá tirar adelante la urbanización de La Bulladera donde, con más de 15 empresas familiares, posee más del 75% del polígono.
La prueba de que el constructor tiene sus negocios bien atados y mejor encarrilados es que convocó el 26 de marzo una Junta General Ordinaria de la empresa Costa Ferma, S.A, una de esas 15 empresas, para informar sobre el inacabado «proyecto de la 4ª Revisión del Plan General de Tarragona, Polígono «la Bulladera», para el 2 de mayo.
A pesar del tira y afloja que escenifica desde hace días con el alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, sobre la nueva ubicación del nuevo campo del equipo de fútbol Gimnàstic afirmando que prefiere la actual ubicación en La Bulladera, lo cierto es que los intereses de José Luis García se verían afectados negativamente, no sólo en La Bulladera sino también en Terres Cavades, de permanecer el campo donde está en la actualidad.
Las maniobras para enderezar el tortuoso camino que emprendió el proyecto de Terres Cavades tras descubrir EL MUNDO que el entonces concejal de Urbanismo tenía intereses en la zona y que afectaba a otros proyectos urbanísticos como el de La Bulladera se inició hace tiempo. Sobre todo, porque tras el escándalo de Terres Cavades otras acciones administrativas encaminadas a impulsar el proyecto de La Bulladera podían haber despertado sospechas.
Ese verano de 2004, el Ayuntamiento anunció la venta de acciones del Nàstic para no disponer de la mayoría. Se trataba de una venta abierta, en la que hubo opciones de particulares, que nunca más han sabido qué pasó con aquella oferta. Curiosamente, algo más de un año después, aparecieron aquellas acciones. El promotor José Luis García se hizo, a última hora y por sorpresa, con la totalidad del paquete de acciones del Club Gimnàstic de Tarragona ofertadas por Ematsa (Empresa Municipal d'Aigues de Tarragona), lo que le situó en una posición de peso dentro del accionariado del club en un momento en el que se discutía el posible traslado de las instalaciones deportivas de La Bulladera.
La noticia ya creó malestar entre la junta directiva del club de fútbol cuyo presidente entonces, Josep Andreu, arremetió contra el propio alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, que fue quien propuso la fórmula de venta que facilitó a García hacerse con todas las acciones. La fórmula de Nadal fue extraña. Se trataba de una subasta secreta por la totalidad de las acciones de la empresa municipal, en total 1.343. Quien pujase, debía hacerlo poniendo la cantidad ofertada en un sobre cerrado. Así, la junta directiva puso un precio, 100 euros la acción, con lo que José Luis García pudo ofertar 18 euros más por acción y presentarlo en el último momento. Existía la intención de que las acciones fueran repartidas, por lo que nadie de la Junta tuvo posibilidad de ofertar a título individual.
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