No está embalsamado en su gloria. El prestigio y el reconocimiento han estimulado a Richard Rogers a seguir trabajando porque la arquitectura y el urbanismo cumplan su misión: crear espacios habitables, lugares de convivencia. Tiene una formación clásica, por eso resulta ser un arquitecto radicalmente moderno. Algunas de sus tesis sobre lo que debe ser la urbe del siglo XXI, sus desafíos, sus inconvenientes y sus posibilidades las reunió en un informe, 'Hacia un renacimiento urbano', que proponía distintas posibilidades de intervención en el tejido de las ciudades del Reino Unido. En materia de diseño y urbanismo es el director de algunos 'masterplans' de gran valentía, como su propuesta para el distrito financiero de Pu Dong, en Shanghai, o la propuesta ecológica para ParcBIT, en Mallorca. Además, Rogers forma parte del consejo de administración del MoMA de Nueva York.
Entre los galardones que ha recibido destacan la Medalla de Oro otorgada por el RIBA en 1985; la Medalla de Caballero de la Legión de Honor en 1986 y la Medalla en Arquitectura de la Fundación Thomas Jefferson Memorial en 1999, así como el Premium Imperiale en el año 2000.
A los 74 años tiene más de 100 obras construidas y más de una decena en marcha, siempre con la exigencia como impulso, con la responsabilidad como guía, comprometido con las ciudades.
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