El primer paso ya lo han dado: reunir a un jurado de excepción con el chileno Jorge Edwards a la cabeza (Premio Cervantes 1999). Juan Manuel de Prada, Ignacio Martínez de Pisón, Luis Alberto de Cuenca y Luis Mateo Díez (estos dos últimos también presentes en el acto de ayer) completan el elenco de escritores que tendrán en sus manos la elección del ganador, el cual se dará a conocer los primeros días de septiembre. Sobre sus hombros pesará la responsabilidad de marcar el «perfil del premio», como apuntaba el autor de La caja de plata, ya que al tratarse del primero se convertirá en un referente para las posteriores convocatorias.

Para subir el siguiente peldaño es necesario que la dotación económica del galardón sea llamativa y en este caso lo es, nada más y nada menos que 90.000 euros recibirá aquel que logré convencer al jurado de que su novela es de esas que «justifican un premio», como explicaba Mateo Díez. Éste aprovechó la ocasión para lamentarse de lo precario del actual panorama literario, al que acusa de estar «trivializado», ya que «miden demasiado las cuentas» en lugar de apostar por la calidad.

La última directriz para lograr hacerse un hueco en un país donde los premio literarios crecen como setas es tener un respaldo institucional sólido que en este caso corre a cuenta del Ayuntamiento de Logroño. Su alcalde, Julio Revuelta, afirmó que «el ambiente literario de Logroño es muy importante» y que por lo tanto era su «obligación» crear un galardón de estas características.

Quienes quieran optar a tan jugoso premio podrán presentar sus escritos hasta el 30 de abril. Los únicos requisitos a los que deberán atenerse es que su novela esté escrita en español, el ejemplar sea el original y no haya sido publicada.