Obras de: Antonio Noguera, Musorgsky y William Walton. / Intérpretes: Paul Whelan (barítono), Coro y Orquesta de RTVE. / Director: Adrian Leaper. / Escenario: Teatro Monumental. / Fecha: 22 de mayo.

Calificación: ***

MADRID.- Antonio Noguera (1963) es de esos buenos músicos españoles que desarrollan un importante trabajo en sus ciudades con vocación, talento y modestia, tengan o no el reconocimiento que merecen. Ha ganado el III Concurso de Composición Sinfónico Coral de RTVE y ahora su estreno le ha proyectado un nivel que su obra justifica plenamente.

Es tarraconense pero vive y trabaja en Santander, y Ciudad de Santander se llama su poema sinfónico-coral. Usa textos de Regino Mateo y Gerardo Diego en un retrato sonoro de la capital cántabra. No elude lo descriptivo con una eficaz evocación inicial del terrible incendio de 1941. Luego, en la parte central, la presencia del mar y unos interesantes y complejos solos de piano, impecablemente servidos por Ilona Timschenko, dan paso a una tensa pintura marítima de un pasaje de la Sotileza de Pereda. Al final, vuelve el incendio y una conclusión, con un coro sin acompañamiento, que se desvanece sobre la palabra madre del poema de Gerardo Diego y que está magníficamente escrito. En realidad, toda la obra lo está y Noguera evidencia poseer su propia voz, lo que no es poco para los tiempos que corren. Adrian Leaper montó la obra con dedicación y solvencia a la vez que el Coro y la Orquesta de RTVE brillaba.

Las Canciones y danzas de la muerte de Musorgsky es música genial y desolada, dotada de un desgarro muy eslavo y absolutamente original en su momento. Las cantó el bajo-barítono neozelandés Paul Whelan con una voz hermosa y grande, muy expresivamente manejada. Orquesta y director le acompañaron irreprochablemente.

William Walton es posiblemente el mejor músico inglés anterior a Britten pero su obra coral no se puede comparar con la de éste. El festín de Baltasar data de 1931 y no tiene la frescura iconoclasta de la mejor obra de Walton, Façade, sino que es un producto de la mentalidad victoriana algo pasado de época. Está muy bien hecha y revela oficio, pero se suceden momentos magistrales frente a otros francamente pompier y a veces sobra retórica y se ve el cartón piedra. Pese a ello, resulta brillante y puede interesar si se hace bien. Paul Whelan volvió a lucir sus dotes vocales y no hay duda de que Adrian Leaper conoce la obra a fondo, la aprecia y la montó con toda solvencia.

El Coro de RTVE, que prepara Mariano Alfonso, tuvo una actuación muy meritoria al igual que la Orquesta, que está en muy buena forma. Del concierto, retengo la voz del solista y ese retrato de la ciudad de Santander que Noguera nos ha regalado y que hace honor al premio que por ella se le concediera.