Jueves, 29 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6311.
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 DEPORTES
Tocar en la bañera
ORFEO SUAREZ

El rival era menor, muy menor, pero tiene mérito lo que intentó España: tocar en una bañera. El aguacero era una buena coartada para sucumbir a las tentaciones del pelotazo, del fútbol directo, aunque hubiera sido una traición para una selección atrapada por las dudas que siempre persiguen a los que prueban lo más difícil, porque eso es lo que intenta esta España. Muy pocos equipos, y menos aún selecciones, quieren jugar en el centro del campo, ya que eso significa riesgos. Por lo tanto, han convertido esa zona en un campo de minas para cortar y salir, ya que perder ahí un balón puede ser una sentencia. A Dinamarca le faltó un suspiro, o quizá un jugador más, para demostrárselo al grupo de Luis en pleno Bernabéu. A Islandia, casi nueve, todos menos Gudjohnsen y el portero Arason, un gato. Todo es legítimo en el fútbol, cualquier camino es bueno para llegar a la victoria, pero España tiene a los mejores futbolistas donde los demás no quieren jugar. Javier Clemente hizo una selección mucho más competitiva con una alternativa distinta, basada en la fuerza, la velocidad y un alto ritmo de juego, pero disponía de otros futbolistas. Ahora, en cambio, no queda otra que tocar y, por supuesto, marcar. Una labor que no sólo corresponde a los delanteros, sino también a estos tiernos centrocampistas. Son necesarios más disparos lejanos, sobre todo en encuentros como el de ayer, con un rival apretado en su área pero con muy mala presión sobre la llegada de los hombres de segunda línea. Al final, fue Villa el que se desdobló y abandonó la tundra islandesa para buscar los lanzamientos y las paredes hasta encontrar a Iniesta. Pletórico el valencianista y merecidísimo el gol. España no volverá a jugar hasta junio, en Letonia, antes de visitar Liechtenstein. Oportunidades para sumar en un grupo en ascuas, después de la victoria del tapado, Irlanda del Norte, sobre Suecia, que ya no puede vivir tranquila. Si los hombres de Luis no fallan, todo es posible, porque ahora continúan en juego las dos plazas y no únicamente una. Lo único claro es que esta España hará sufrir, por la clasificación y porque su juego no admite medias tintas. O toca y marca, o se hunde.

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