Restaban seis segundos y medio. Sorprendentemente, los Grizzlies tenían una ventaja de dos puntos (86-88) sobre el equipo californiano, que gozaba de la última posesión. Tras el saque de banda, el base Smush Parker recibió en un lateral y buscó, sin pensárselo, el triple ganador. El balón se estrelló en el aro, aunque el rebote ofensivo cayó en las manos de Kobe Bryant, que se levantó rápidamente en busca de, al menos, la canasta para forzar la prórroga. Pero al 24 de los Lakers se le hizo de noche. El interminable brazo izquierdo de Gasol taponó el lanzamiento y el catalán se quedó con el balón cuando se indicaba el final del choque. El español cortaba así una racha de cuatro derrotas consecutivas.

Victoria para Memphis, la número 18 de un total de 72 encuentros, sexta en toda la campaña lejos del FedEx Fórum. Y eso que el equipo está plagado de bajas (Mike Miller, Chucky Atkins, Damon Stoudamire, etc.). Pau, que no tuvo su noche en el aspecto anotador (sólo tres canastas), destacó en otros apartados: 16 rebotes, siete asistencias y tres tapones, rozando de nuevo el triple-doble. Poco a poco, el catalán está cumpliendo su objetivo personal, el famoso 21-10: promedia 21 puntos y 9,8 rebotes por encuentro.

Por todo eso y por el tremendo gorro que le colocó cuando suspiraba el choque, Kobe Bryant tuvo que rendirse ante la evidencia y se deshizo en palabras de alabanza con el pívot de Sant Boi. En la noche en que el jugador más en forma de la NBA se quedó en menos de 40 puntos -tras cinco partidos consecutivos promediando nada menos que 53,6- dijo de Gasol: «Pau es un jugador fenomenal. He seguido su trayectoria desde que llegó a la NBA y siempre he sido un gran admirador suyo».

Gasol, por su parte, intentó restar importancia a la acción: «Tuve la opción de estar en el lugar adecuado y también de hacer lo correcto». Ahora, al campeón del mundo y a sus penosos Grizzlies, el peor equipo de la Liga, el único equipo incapaz de ganar dos choques seguidos en toda la temporada, les restan 10 tristes y complicados encuentros hasta que el próximo 18 de abril acabe esta pesadilla. El próximo, por cierto, el jueves en Portland, donde se verán las caras Pau y Sergio Rodríguez.