ALBERTO ROLDAN NAVARRO
Dentro de este enrevesado proceso que se inició hace ya 18 meses, nos encontramos en un momento decisivo. Y es que por fin los accionistas de Endesa tendrán la opción de influir de manera directa en el curso de los acontecimientos. Esta semana acaba el plazo para decidir si apuestan por E.ON o, por el contrario, escogen la oferta de Enel y Acciona. Sin entrar en el análisis de quién es mejor gestor para la eléctrica, ya que cada uno cuenta con aspectos que le hacen ser igualmente bueno, lo cierto es que del resultado de la oferta de la eléctrica alemana podríamos empezar a extraer conclusiones. Una posibilidad está en un muy bajo nivel de aceptación que llevase a E.ON a desistir en su intento, lo que además de allanar el camino a los otros interesados, permitiría beneficiarse a los accionistas de Endesa de una oferta superior. Otra posibilidad sería que la alemana alcanzase entre el 50% y el 30%, lo que bloquearía la toma de decisiones y la gestión de Endesa por las limitaciones propias de sus estatutos además de alargar el proceso, en el peor de los escenarios otros 12 meses. La última sería alcanzar un porcentaje superior al 50%, que supondría el control por parte de la alemana y el previsible fin de la historia, si bien esta opción es la más complicada. Ante la pregunta de qué hacer, en mi opinión el hecho clave es el coste de oportunidad de estar invertido en una compañía con una ganancia limitada, aunque también de bajo riesgo, cuando podemos seguir encontrando oportunidades de mayor recorrido potencial. Reconociendo la existencia de estas oportunidades ahora sí es el momento de cerrar la página de Endesa.
Alberto Roldán Navarro es director del Departamento de Análisis de Renta Variable.
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