El líder independentista explicó que han cumplido los requisitos que marca la Ley de Partidos, aunque la consideran «absolutamente antidemocrática», por coherencia con el principio de «partir de la realidad actual para construir una nueva situación democrática en la que las formaciones políticas que participamos en un diálogo multilateral estemos en igualdad de condiciones».

Otegi fue el único que tomó la palabra -a los periodistas les fue vetada la oportunidad de realizar preguntas-, en una comparecencia pública en la que estuvo acompañado por Marije Fullaondo y Joana Regueiro, dos de las miembros de la Mesa Nacional que inscribieron el nuevo partido, y por los también dirigentes de Batasuna Pernando Barrena, Joseba Permach y Maite Díaz de Heredia.

El portavoz oficial recalcó que «lo que la izquierda abertzale ha hecho es cumplir la Ley de Partidos, ni más ni menos», al «cumplimentar escrupulosamente lo que esta ley plantea como requisitos para registrar una nueva formación política». No obstante, insistió en que dicha ley les parece «antidemocrática», por lo que «la combatiremos en términos democráticos hasta que desaparezca del escenario político».

Otegi, que en ningún instante citó las siglas ASB del nuevo partido ni dio detalles del mismo, añadió que «no estamos planteando ningún reto a nadie, sino que estamos planteando una puerta abierta a la construcción de un futuro diferente a este país».

Contextualizó la inscripción de ASB en que «la primavera de 2007 tiene una puerta abierta a la resolución definitiva y democrática del conflicto político y de todas sus consecuencias», una oportunidad que «no se debe desaprovechar».

Asimismo, recordó que la izquierda abertzale ya ha dado otros «pasos» como la propuesta de Anoeta en 2004 y, este año, el planteamiento de conformar una autonomía con el País Vasco y Navarra dentro del Estado español, lo que, recalcó, «no es el proyecto de la izquierda abertzale», sino un intento de propiciar un acuerdo con la puesta en marcha «de un diálogo multilateral que vaya a las raíces del conflicto», para lograr «un espacio común construido mediante el acuerdo que posibilite todos los proyectos políticos».