Es la primera vez, desde 1969 -fecha en la que la Conferencia Episcopal hizo una encuesta a los sacerdotes españoles como preparación a la Asamblea Conjunta-, que se les pregunta a los curas cómo son, qué sienten y qué piensan. Y los resultados son, a menudo, sorprendentes, y echan por tierra tópicos muy arraigados.
Por ejemplo, los sacerdotes españoles se sienten llamados por Dios y orgullosos de su misión y de su vocación, que alimentan sobre todo con la oración; viven con suficiencia económica, no exenta de problemas, y visten de civil; son hombres maduros, que accedieron al sacerdocio antes de los 30, con los estudios eclesiásticos como bagaje principal en su formación, y se sienten libres, dentro y fuera de la Iglesia y bien aceptados por la gente. La encuesta fue realizada por Taiss, para la revista 21rs, a 751 curas en activo de todas las diócesis españolas.
Ideología política
. A los curas no les gusta mojarse políticamente. Y menos, en público. Su autodescripción política fue la única pregunta del cuestionario ante la que los sacerdotes se mostraron reticentes y algo más de un tercio (38,3%) optó por no definirse. Con todo, la mayoría de los que respondieron se sitúa en una franja que va desde el centroderecha a la derecha (31,1%), seguida de cerca por los que se declaran de centroizquierda o izquierda (28,5%).
Al igual que algunos de sus obispos, la mayoría de los curas (61,5%) se adscribe al discurso eclesial predominante y opina que «el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es anticlerical y laicista», frente al 24,8% que cree que «no actúa de forma distinta a los otros gobiernos de la democracia». Un 8,5% dice que trata «correctamente» a la Iglesia e, incluso, un 5,2% considera que la trata «con respeto y hasta con generosidad».
Los encuestados de Madrid sobresalen por ser los más conservadores. En cambio, los catalanes y vascos se sitúan en el centroizquierda e izquierda, visten de calle y consideran que el Gobierno de Zapatero «se comporta básicamente con la Iglesia como los demás».
Compromiso con los pobres.
La edad es una de las variables que más diferencia a los curas. Los más jóvenes son más espiritualistas y optan menos por el «compromiso con los más necesitados», creen que la Iglesia tiene derecho a ser financiada por el Estado y no son partidarios del celibato opcional ni del sacerdocio de la mujer.
Por el contrario, los más mayores se muestran más comprometidos con los pobres, apuestan por la autofinanciación de la institución y son partidarios del celibato opcional y del sacerdocio de la mujer.
Situación económica.
En el imaginario colectivo, vivir como un cura es sinónimo de vivir holgadamente. O, mejor dicho, era. Porque, hoy, la economía de los curas no da para tirar cohetes ni para permitirse demasiados lujos. De hecho, siete de cada 10 califican de «suficiente» su situación económica personal, mientras tres de cada 10 aseguran que tienen problemas para llegar a fin de mes y que pasan «apuros económicos».
Celibato.
El clero está muy dividido frente al eterno problema del celibato sacerdotal. Para el 52,7% de los encuestados, el celibato debería ser opcional, frente al 47,3%, que se decanta por dejar el celibato obligatorio.
Sacerdocio de la mujer
. Gana el no al sacerdocio femenino por un margen ajustado: 58,7% frente al 41,3%. Eso quiere decir que, a pesar de ser una cuestión «oficialmente cerrada y zanjada» por la jerarquía, cuatro de cada 10 curas están a favor del sacerdocio de la mujer.
Financiación.
Quieren una Iglesia autofinanciada y, por lo tanto, más libre. Para dos de cada tres curas (63%), «la Iglesia debería autofinanciarse y renunciar a la financiación del Estado para ser más libre». El tercio restante (23,3%) cree, por el contrario, que la financiación por parte del Estado es «justa, por lo que la Iglesia aporta a la sociedad».
Benedicto XVI.
Uno de cada tres curas (36,8%) estima que el Papa «todavía dará alguna sorpresa positiva, aunque no sepamos cuál». Uno de cada cinco (20%) opina, en cambio, que «no va a deparar nada significativamente distinto». Los menos, uno de cada cuatro, creen que durante su pontificado «se producirá un avance sustancial en el ecumenismo», mientras otros esperan «alguna nueva encíclica o documento de gran interés». Sólo el 5,7% cree que «llevará a cabo la renovación a fondo de la Curia».