Josenia Hervás y Heras
Un ciudadano cualquiera se queda perplejo ante una sociedad como la nuestra. Volvemos a los tiempos de Libertad sin ira y los vecinos nos volvemos a juntar en las casas, en la calle... La impotencia y la rabia se apodera de nosotros ante una injusticia manifiesta y hacemos causa común. Lo que ha ocurrido en mi barrio ante el campo de tiro-golf es auténtico. Todos hemos hecho piña: los de las casas superpotentes junto con las casitas más humildes, las viejecillas junto con los estudiantes de alquiler, los de arriba con los de abajo, los de izquierdas con los de derechas...un auténtico gobierno de concentración en la resistencia.
Ya empieza a ser indigesto el frente PP-PSOE con lo de «Eso lo hicisteis vosotros antes, esto jamás lo haríamos nosotros». Pero ¿cómo se nos queda el cuerpo a los vecinos de Chamberí cuando es uno de los suyos el que traiciona y pisotea el trabajo de su antecesor? Ya ni les cuento lo que les importa el vecindario, menos que cero. Todo el mundo en Chamberí recuerda cómo Alvarez del Manzano junto con Gallardón pusieron la primera piedra de «un gran parque para todos los vecinos» en un lugar con gran «déficit de zonas verdes». Entenderán ustedes la poca validez que tienen las primeras piedras que están colocando hoy a toda prisa por las inauguraciones preelectorales. Se convierten en pedradas que se tiran a la cara unos contra otros, pero que nos tiran a unos vecinos que nos quedamos perplejos de ver con qué desfachatez esta Comunidad ha roto el compromiso con todo un barrio.
Lo más triste es que primero lo intentó hacer de puntillas. Las obras continuaban, todos pensábamos que nos construían un nuevo parque..., continuaban y un buen día levantaron unas enormes torretas metálicas que nadie entendía su misión. Mis vecinas me decían '¿por qué estarán colocando unas grúas tan enormes si no hay ningún edificio?'. No eran grúas, eran mástiles que soportaban unas inmensas mallas, rejas que encierran todo el perímetro de tiro para no matarnos de un pelotazo. Los vecinos no sólo descubrimos que no se parecía en nada al proyecto original, es que el tocomocho se estaba realizando ilegalmente, habían dado el cambiazo, sin licencia ni permiso alguno. Unos van... otros vienen, pero nosotros nos quedamos, en Chamberí somos más chulos que un ocho. Yo les aseguro que esas inmensas rejas no durarán mucho. Muros más altos han caído... El que resiste, gana.
Josenia Hervás y Heras es arquitecta y vecina afectada.
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