JAIME G. TRECEÑO
Amplios, seguros, luminosos, rápidos... y sin radares que controlen la velocidad. Si aún no se ha atrevido a tomar alguno de los nuevos túneles de la M-30, ya no tiene excusa. La velocidad en superficie es de 90 kilómetros por hora, como bien se aclara, insistentemente, en los luminosos de la vía de circunvalación, que en muchos casos ocultan medidores. Ya bajo tierra, el límite de velocidad se reduce en 20 kilómetros o lo que es lo mismo, no se pueden sobrepasar los 90 kilómetros por hora.
«El sistema de control fijo de velocidad aún no está en marcha pero eso no quiere decir que cada uno vaya a la velocidad que quiera en las nuevas conexiones», aclara la concejala de Urbanismo, Pilar Martínez, responsable de las obras en la M-30. La responsable de Urbanismo aclara que «sí se controla» el tráfico en el interior de los túneles. «Las cámaras del interior mandan las imágenes al centro de control. La Policía Municipal vigila el tráfico y cuando detecta a un coche que circula a una velocidad excesiva se ponen en marcha para interceptarle», precisa.
El motivo por el que aún no se ha puesto en marcha el sistema fijo de control de velocidad es que no se han terminado las obras. Además, es necesario que las infraestructuras estén en funcionamiento, así como todo el sistema de control interno del tráfico. Pero el tráfico no es el único afectado por no haberse acabado las obras. Por ejemplo, aún no está en marcha la cobertura telefónica total ni las emisoras de radio. «Ha habido que priorizar las comunicaciones y poco a poco se pondrá en marcha el resto de servicios», precisó. Hablar de una fecha para la puesta en funcionamiento de la telefonía, la recepción de una emisora de radio y de los radares es «prematuro», precisó Martínez, ya que, entiende, que las obras están aún por concluir.
Más de 900 cámaras
Pero si usted es de los que le gusta pisar el acelerador y ha visto el cielo abierto para correr por los túneles, piénseselo. Que no haya radares fijos no quiere decir que no existan los móviles. En cualquiera de los casos, desde el Ayuntamiento piden responsabilidad.
Existe un Centro de Control de Túneles de la empresa pública Calle 30 que funciona 24 horas. En total, hay 900 cámaras de televisión, 3.500 altavoces, 287 paneles de señalización variable y 711 postes de socorro. Uno de los radares que tienen peor fama entre los conductores es el túnel de Costa Rica que tiene el honor de acumular el 47% de las denuncias por exceso de velocidad en Madrid, según los datos de la asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA). El 56% de las multas que se han puesto en este lugar son de las más caras, es decir, de 400 euros. Según sus datos, también el 56% de los conductores que es multado tiene una pérdida máxima de seis puntos en el carné de conducir. La cuestión es que en el subterráneo hay una limitación de velocidad de 50 kilómetros por hora, pero los automovilistas suelen atravesarlo a una velocidad media de 80 kilómetros. El concejal de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo, negó que éste fuese el radar que más sanciones impusiese y de mayor cuantía. Eso sí, tampoco desveló la ubicación del caza conductores que está a la cabeza de las sanciones. Otros puntos sensibles que detectó AEA se encuentran en la calzada 1 y 2 de la M-30; en la farola 57 de la calle de O'Donnell; en las farolas 38 y 40 de la avenida de Andalucía; en el paseos de la Castellana, a la altura del número 90; o en la farola 163 de la avenida del Cardenal Herrera Oria. Según el informe que dieron a conocer, las vías donde se detectaron las velocidades más altas son la M-30 (137 kilómetros por hora), el paseo de Castellana y el túnel de Costa Rica con 47 kilómetros por hora de exceso. El límite de velocidad establecido es de 50 kilómetros por hora.
Automovilistas Europeos han manifestado desde el primer momento su oposición a la política sancionadora del Ayuntamiento de Madrid. A su entender, los radares instalados «no sólo no se mejora las condiciones de seguridad vial de nuestra ciudad, sino que se convierten en recaudatorios». Es decir, que entienden que buscan más la multa que el control del tráfico.
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