Jueves, 29 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6311.
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TENSION EN EL GOLFO / La soldado Turney se disculpa ante la televisión iraní porque «aparentemente entramos en aguas iraníes» y reconoce la «hospitalidad» de Teherán / Londres teme las circunstancias en que se produjo la 'entrevista'
Irán exhibe a los militares británicos capturados
FERNANDO MAS. Corresponsal

LONDRES.- Irán esperó a que Londres moviera ficha, a que hablara el primer ministro, Tony Blair, a que lo hicieran un mando militar y la ministra de Asuntos Exteriores, Margaret Beckett. Irán anunció entonces que hoy o mañana pondría en libertad a Faye Turney, la única mujer entre los 15 militares arrestados el viernes en aguas del Golfo Pérsico por fuerzas navales iraníes.

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¿Un gesto de distensión? No. Horas más tarde, un movimiento del Gobierno de Mahmud Ahmadinejad elevaba otra vez la temperatura del conflicto. Las televisiones de medio mundo emitían imágenes de los detenidos, una entrevista con la soldado Turney y revelaban el contenido de una carta de su puño y letra. «Queridos mamá y papá. Os escribo desde Irán, donde me encuentro detenida. Trataré de explicaros lo mejor posible qué ha pasado», empiezan las líneas de la cautiva.

Lo que pasó es que la apresaron, el viernes, junto a sus compañeros. Lo que pasó es que Irán dice que los militares británicos violaron sus aguas territoriales. Lo que pasó es que ayer el Gobierno de Tony Blair desbarató la tesis de que las barcazas interceptadas por su Ejército hubieran entrado en aguas iraníes. Los registros informáticos indican que esos botes hinchables fueron rodeados en un punto muy concreto: 29 grados, 50,36 minutos Norte; 048 grados, 43,08 minutos Este. O sea, en aguas de Irak.

Las palabras de Turney dan la vuelta al mundo. La ira aumenta en Londres. Irán, donde se centra la atención de todo el mundo, tira de la cuerda un poco más. Ya no se habla de su programa nuclear, censurado por Naciones Unidos. No se habla de las sanciones que le han impuesto por negarse a abandonar su carrera para enriquecer uranio.

Se habla de esta vuelta de tuerca, de estos gestos de fuerza con los que Teherán quiere dejar claro que seguirá adelante con su plan de enriquecer uranio, proceso que considera vital para su futuro abastecimiento energético.

«Estábamos en los botes cuando fuimos arrestados por fuerzas iraníes porque aparentemente estábamos en aguas de Irán. Habría deseado que esto no hubiera ocurrido, porque ahora mismo estaría con vosotros. Siento haberlo hecho, porque sé que no estaríamos aquí si esto no hubiera sucedido», se alcanza a leer.

A Turney también la han grabado las cámaras de televisión. Ante ellas, de forma contundente, clara, precisa, y un tanto nerviosa, reconoce su culpa. «Mi nombre es Faye Turner. Soy de Inglaterra. Sirvo en Foxtrot 99. Llevo en la marina nueve años», comienza su declaración ante las cámaras de Alalalam, la televisión iraní. «Fui detenida el viernes 23 de marzo. Obviamente, nos metimos en sus aguas. Han sido muy amables y muy hospitalarios, muy atentos. Son buena gente. Nos han explicado por qué hemos sido arrestados. No ha habido agresión alguna, ni estamos heridos. Han sido muy, muy sensibles».

Turney escribe y habla en el sentido contrario al del Gobierno británico, que, al ver las imágenes, protesta. La ministra Beckett lo consideró preocupante y se preguntó si la soldado había sido víctima de algún tipo de «presión o coerción» para sentarse delante de un papel, escribir esas líneas a sus padres y luego hablar en esos términos ante las cámaras de la televisión iraní. «Me produce un rechazo especial que una carta sea utilizada con esta intención, lo cual sólo puede provocar más tensión a los familiares». El ministro de Defensa, Des Browne, consideró «totalmente inaceptable» la actitud del Gobierno iraní. En 2004, en un episodio similar, los soldados británicos detenidos también hablaron ante las cámaras de televisión y admitieron su incursión en aguas de Irán, lo que, tras ser liberados, negaron.

«Dada la naturaleza de la declaración de Faye Turney, particularmente su reconocimiento aparente de que el personal fue 'arrestado después de entrar en aguas iraníes', tenemos serias preocupaciones por las circunstancias bajo las que ha hecho esta afirmación», declaró un portavoz del Gobierno tras la difusión de la entrevista con la soldado.

Todas las imágenes han sido encajadas como una provocación. Las de Turney sola y las de Turney -con un pañuelo similar al que suelen lucir los palestinos- rodeada de sus compañeros que, vestidos con sus uniformes, comen en una sala aparentemente pequeña. Unos, sentados en butacas; otros, en el suelo. Las imágenes viajan de la entrevista a ese comedor y del comedor a la carta. «Lo único que quiero que sepáis es que estoy bien, sana. Estoy siendo bien tratada. Me dan de comer tres veces al día y tenemos suficiente bebida». Igual que en la entrevista, en su misiva habla de gente «hospitalaria, acogedora, amable». Sus palabras, escritas y habladas, son continuas peticiones de disculpa a los iraníes.

Repite Turney ante las cámaras la confesión escrita: «Estábamos en los botes cuando fuimos arrestados por fuerzas iraníes porque aparentemente entramos en aguas de Irán. Habría deseado que esto no hubiera ocurrido, porque ahora mismo estaría con vosotros». Y dice en su carta: «He escrito una carta al pueblo iraní en la que me disculpo por haber entrado en sus aguas territoriales».

Son las palabras de una marinera cautiva a la que Irán ha prometido poner en libertad en las próximas horas y a la que ha utilizado para elevar la tensión del conflicto.

«Por favor, no os preocupéis por mí. Me siento fuerte. Con un poco de suerte, no pasará mucho tiempo hasta que esté en casa, lista para la fiesta de cumpleaños de Molly [su hija] con un regalo del pueblo iraní», continúa Turney dirigiéndose a sus padres. «Cuidad a todos por mí, especialmente a Adam y a Molly. Os quiero más de lo que os hayáis podido imaginar. Todo mi amor, Faye».


TRADUCCION DE LA CARTA DE FAYE TURNEY

Queridos mamá y papá

Os escribo desde Irán, donde estoy retenida. Voy a tratar de explicaros lo que ha pasado de la mejor forma posible. Estábamos patrullando en las lanchas cuando fuimos arrestados por las fuerzas iraníes, ya que, al parecer, habíamos entrado en sus aguas. Ojalá no lo hubiéramos hecho y así estaría en casa con vosotros. Siento mucho lo que hicimos, porque sé que entonces no estaríamos aquí. Quiero que todos sepáis que me encuentro bien y a salvo. Me cuidan bien. Recibo tres comidas al día y me facilitan líquidos en todo momento. La gente es amigable y hospitalaria, muy compasivos y cercanos. He escrito una carta al pueblo iraní para pedirles perdón por entrar en sus aguas. Por favor, no os preocupéis por mí, estoy fuerte. Esperamos que no quede mucho y esté en casa para la fiesta de cumpleaños de Molly, con un regalo del pueblo iraní. Cuidad de todos por mí, especialmente de Adam y Molly. Os quiero más de lo que podéis imaginar. Todo mi amor,

Faye

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