MACDONALD DZIRUTWE. Reuters / EL MUNDO
HARARE (ZIMBABUE).-
La policía de Zimbabue irrumpió ayer en las oficinas del principal partido opositor y arrestó a 10 personas, acusadas de estar detrás de una campaña de ataques con artefactos caseros contra varias comisarías, algo que el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) rechazó rotundamente.
El líder de esta formación, Morgan Tsvangirai, fue brutalmente atacado este mes en otra operación de las fuerzas del orden. En aquella ocasión, un centenar de militantes de la oposición fue detenido en Harare. Algunos de ellos sufrieron torturas, lo que causó una fuerte condena de la comunidad internacional.
Ayer, el MCD denunció que su líder había sido nuevamente arrestado. Algunos testigos aseguraron haberle visto dejar la sede de su partido acompañado de policías. Tsvangirai estaba a punto de participar en una conferencia de prensa para denunciar «la sistemática campaña de violencia e intimidación» del presidente Robert Mugabe, en el poder desde hace 27 años, informaron dirigentes de la mencionada formación.
Sin embargo, un portavoz de la policía desmintió estos hechos. «Nunca le hemos detenido», afirmó Wyne Bvudzijena, después de las condenas inmediatas del Reino Unido y de la UE. Un fotógrafo de France Presse dijo haber visto al jefe de la oposición dejar libremente la sede de su partido a bordo de un vehículo conducido por sus colaboradores.
El allanamiento en la sede del principal partido opositor de Zimbabue podría aumentar la presión sobre los líderes regionales que participan en la cumbre de la Comunidad para el Desarrollo de Africa del Sur (SADC), cuya inauguración está prevista para hoy en Tanzania. En la cita estará también Mugabe, aunque, según fuentes diplomáticas consultadas por Efe, es improbable que los vecinos del líder zimbabuense intenten aplicar medidas para aislarle. Lo más probable es que se limiten a instarle a dar pasos en favor de la reconciliación entablando un diálogo no sólo con el MDC, sino con todos los grupos sociales y sindicales del país.
La estrategia occidental
Según informaciones publicadas esta semana en el periódico británico The Guardian, los gobiernos occidentales creen que la opción más viable para forzar la salida del poder del presidente de Zimbabue es provocar una fractura dentro del propio partido oficialista, el ZANU-PF, aprovechando eventuales disensiones internas. En particular, fuentes diplomáticas afirmaron ver en el antiguo jefe del Ejército Solomon Mujuru el elemento clave para llevar a cabo esta estrategia.
La crisis política en Zimbabue se produce mientras el país enfrenta su peor crisis económica en décadas. Millones de personas han emigrado para dejar a sus espaldas la tasa de inflación más alta del mundo -1.700%- y un paro del 80%.
Según el ex portavoz de Mugabe Johathan Moyo, en la cumbre de Tanzania se intentará convencer al líder zimbabuense que no se presente a las elecciones presidenciales programadas para el año que viene. «Le recordarán que él había afirmado que se retiraría al final de su mandato en 2008», señala Moyo.
El comité directivo del ZANU-PF tiene que reunirse mañana para estudiar la posibilidad de retrasar las elecciones hasta el 2010 para hacerlos coincidir con las legislativos.
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