ZEESHAN HAIDER. Reuters / EL MUNDO
ISLAMABAD.-
Estudiantes islamistas protalibán de una mezquita de la capital paquistaní secuestraron a tres mujeres a las que acusaron de dirigir un burdel y se enfrentaron a la policía y al Gobierno paquistaní. Las mujeres, armadas con cañas de bambú, amenazaron ayer con declarar la guerra santa (yihad) contra el Ejecutivo, por la detención de dos de las profesoras de la madrasa (escuela coránica) que han sido acusadas del secuestro de las mujeres del burdel.
Cientos de mujeres vestidas con niqab (vestimenta negra que cubre todo el cuerpo y la cara y sólo deja una pequeña rendija para los ojos) rodearon la casa que identificaron como un burdel, en el corazón de Islamabad, el martes por la noche como parte de una redada antivicio privada. Las estudiantes radicales de la mezquita de Yamia Hafsa (cercana a Lal Masyid) tomaron a la dueña y otras dos mujeres, familiares suyas, bajo su custodia, después de que se negaran a cerrar su negocio, tal y como señaló uno de los clérigos radicales de la mezquita, Abdul Rashid Ghazi.
«Hemos cerrado el local. Las mujeres están con nosotros en la madrasa y exigimos que el Gobierno abra un caso judicial contra ellas», añadió Ghazi en una rueda de prensa en la mezquita de Lal Masyid (La Mezquita Roja), en el centro de Islamabad. Este centro islámico y el de Yamia Hafsa llevan meses enfrentados con las autoridades paquistaníes por los intentos del Ejecutivo para demoler las mezquitas ilegales construidas en terrenos públicos. Sus clérigos y seguidores son bien conocidos por su criticismo contra el Gobierno y sus posturas antiamericanas.
Ghazi relató que sus estudiantes, supuestamente mujeres (dato que no pudo ser confirmado al no poder vérseles la cara), detuvieron a dos policías y se hicieron con dos vehículos policiales después de que las fuerzas de seguridad arrestaran a cuatro estudiantes, en relación con los secuestros.
El líder islamista, vinculado con un plan para hacer estallar bombas en 2004, amenazó a las autoridades con lanzar una guerra santa contra el Gobierno si sus estudiantes no son liberadas. Según Ghazi, cientos de mujeres se han congregado en la escuela, armadas con sus varas de bambú y preparadas para desafiar a la Administración. Ghazi justificó la abducción de las mujeres del supuesto burdel afirmando que los vecinos del barrio habían identificado la casa como «un lugar de perdición». Identificó a la dueña de la casa como Shamim y a las otras dos mujeres como su hija y su cuñada. «La gente del vecindario estaba encantada con la medida y todos cantaron a la gloria de Alá», aseguró. Fuentes gubernamentales confirmaron que las autoridades habían llevado a cabo varias detenciones y que intentaban poner fin a la revuelta de las mujeres talibán. «Están locos. Queremos resolver esto amigablemente, a través de negociaciones pero si no liberan a las mujeres que han secuestrado, deberemos tomar medidas estrictas», afirmó una fuente oficial.
El incidente evidencia cómo en los últimos años se multiplican las señales de una talibanización de la sociedad paquistaní, particularmente en el noroeste del país, fronterizo con Afganistán. Los militantes islamistas, que se presentan como talibanes paquistaníes, exigen a la población una aplicación estricta de la sharia (ley islámica).
En estas zonas, los videoclubs han sido incendiados, la música y los televisores prohibidos, las peluquerías han sido exhortadas a no rasurar las barbas y las mujeres que no vistan el burka -la túnica que cubre de pies a cabeza su cuerpo- han sido amenazadas de muerte.
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