Jueves, 29 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6311.
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Impresiones
¿Por qué no condena Otegi las actividades de los etarras?

La Guardia Civil detuvo ayer a ocho presuntos miembros del nuevo comando Donosti y se incautó de 30 kilos de explosivos, lapas y detonadores. Según fuentes de la investigación, uno de los etarras detenidos podría haber recibido órdenes directas de Txeroki para recopilar datos sobre objetivos con el fin de perpetrar nuevos atentados. La operación arroja una impresión inquietante sobre las intenciones de la organización terrorista y concuerda con las nuevas cartas de extorsión y con el descubrimiento por parte de la Gendarmería francesa de dos etarras haciendo prácticas de tiro. Como anunciábamos el domingo pasado, el Gobierno tiene cada vez más datos de que ETA se está preparando para volver a atentar. Por eso es cada vez más cínica y menos creíble la actitud de Arnaldo Otegi. El portavoz de Batasuna aseguró ayer que la formación que ha presentado la izquierda abertzale «cumple escrupulosamente la Ley de Partidos». Sin embargo, lo que ha ocurrido es justo lo contrario: los proetarras han presentado una lista señuelo que ofrece graves indicios de ilegalidad para probar hasta dónde llega la permisividad del Gobierno. A la vista de la actitud del Ejecutivo, que ya ha pedido a la Fiscalía que actúe, no es difícil imaginar que Batasuna intentará colarse en las instituciones de forma más subrepticia. De todas formas, Otegi y los suyos lo tienen muy fácil para demostrar que apuestan -como dicen los estatutos de su nuevo partido- «por las vías democráticas»: pueden empezar por condenar la actividad delictiva de los etarras capturados ayer. Sin embargo, no parece que vaya en esa dirección la reacción del entorno abertzale, que ya ayer habló de «detenciones políticas». El Gobierno debe tomar buena nota de por dónde van las intenciones de ETA y no volver a pecar de ingenuidad con una organización que sólo entiende el lenguaje de la firmeza.

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