FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Jesús Polanco, el multimillonario franquista y requetemillonario antifranquista (facción retrospectiva) dijo el otro día en su junta de accionistas que su imperio tenía muy difícil ser neutral ante un partido como el PP, dispuesto a todo, absolutamente a todo, para volver al poder, que buscaba la guerra civil y que promovía manifestaciones de franquismo puro y duro como la inolvidable del 10-M en defensa de la Nación y la Constitución.
El PP reaccionó indignado pero inocentón, por la falta de costumbre, y ha dicho que se niega a ir a los infinitos medios de Polanco mientras éste no se disculpe por esa ofensa a los 700.000 militantes, los 10 millones de votantes y los dos millones de asistentes a la manifestación del PP. Todo lo que dijo Polanco era mentira, disparatada y ridículamente gagá. Pero bueno, Polanco puede decir lo que quiera y el PP reaccionar como le parezca. Lo asombroso es que el Napoleón prisaico se haga la virgen ofendida y pida que se respete su libertad de expresión mientras, con su protegido Gallardón, nos lleva a los tribunales a los pocos que osamos criticar sus atropellos.
Qué jeta tiene el tío y cuánto plumilla con vocación pesebrera se ha manifestado tristísimo por el pobrecito don Jesús. El mismo tío que, compinchado con el Gobierno del PSOE y el pirata Mario Conde, compró ilegalmente Antena 3 de radio, que ya superaba en audiencia a la SER, y la cerró. Nunca se atrevió ningún Gobierno, del PP o del PSOE, a ejecutar la sentencia del Supremo que le ordenaba deshacerse de los postes de Antena 3 ilegalmente adquiridos. Nunca gobiernos tan distintos se parecieron tanto prevaricando.
Y como lo suyo siempre ha sido la libertad, no extraña que salgan a defenderlo organizaciones gremiales y dizque periodísticas que, por supuesto, no movieron un dedo a favor de la Cope, atacada y discriminada a diario por los Gobiernos de Madrid y Barcelona. Se han lucido Urbaneja y la Vanguardita sin fronteras. Se han lucido los soviets de los medios satélites. Y se están luciendo los portavoces de la izquierda fetén, o sea de la cheka. Por ejemplo, Almudena Grandes, la misma que leyó el discursejo de la paz con ETA, dice que fusilaría a dos o tres voces en la radio que la irritan cada mañana. A Lulú le va la marcha y no soporta la democracia. ¿Qué le impide dormirse con la SER y las seis cadenas de Polanco? ¿Para qué necesita a diario indignarse? ¿Sólo para cultivar la nostalgia del paredón? O sea, que fusilar a los liberales y querer mucho a ETA: así es la izquierda de hoy.
Por cierto, Joan Clos, sustituto en el Ministerio de Industria de Montilla -el mismo que desencadenó la campaña del PSOE contra la Cope y el boicot a la cadena- ha perpetrado otra fechoría negando un solo euro de su campaña sobre nuevas tecnologías a la Cope y dándole dos de cada tres a Polanco. ¡Qué banda!
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