JAVIER TOMEO
Los guardias municipales de Martorell se vieron obligados durante unos días a patrullar por las calles vestidos de paisano, por culpa de una plaga de pulgas que les acribillaba a picotazos.No es que esos crueles insectos tengan una inquina especial contra la gente uniformada. La explicación es otra: las pulgas en cuestión tenían también instalado su cuartel general es el vestuario de las instalaciones municipales. Por cierto, ¿quién dijo que el aburrimiento nació el mismo día en el que todo el mundo salió a la calle con el mismo uniforme?
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No nos hagamos demasiadas ilusiones, estamos condenados a tener arrugas. Lo aseguran los dermatólogos. Conviene pues no confiar demasiado en las cremas, así nos evitaremos chascos. Pese a todo, y como quiera que la esperanza es lo último que se pierde, los productos para el cuidado de la piel son los que más se venden en España. Un país, por cierto, donde nadie piensa ya que el hombre y el oso, cuanto más feo, más hermoso. De todas formas, ¿y si tuviesen razón los que van por ahí pregonando que la arruga es bella?
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Se celebró hace unos días el Día Internacional del Agua con un hermoso lema: L'aigua és vida. Cada got compta. Sobre todo en tiempos de sequía como la que estamos viviendo en Barcelona.Puede que nos acaben racionando el agua. No importa ahora que los antiguos griegos dijesen que el bebedor de agua nunca será artista. Seguramente los descendientes de aquellos atenienses de antaño piensan ahora de otro modo. Puede, como dicen los rusos, que el pan sea nuestro padre, pero no hay duda de que el agua es nuestra madre.
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Exposición 'Natura morta' en el Palau de Montjuïc. Se exponen 60 obras de grandes maestros, pintadas entre lo siglos XVII y XIX, procedentes de los fondos del Museu Nacional d'Art de Catalunya y del Museo del Prado. La exposición se prolongará hasta el próximo 24 de junio. Conviene visitar pues ese conjunto de obras de arte lo antes posible, no sea cosa de que las natures mortes que contienen decidan regresar al mundo de los vivos y se vayan de Montjuïc por su propio pie. Eso sería, sin duda, un gran milagro, pero algunas veces nos complace pensar que esa clase de prodigios son aún posibles en un mundo donde ya no sucede nada que no hayan previsto antes las inflexibles leyes del márketing.
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Hace 125 años empezó a construirse la Sagrada Família. Mi amigo Ramón, que hizo la Primera Comunión en su iglesia subterránea, dice que entonces no visitaba el templo tanta gente. En aquellos tiempos de duro franquismo parecía como si los extranjeros estuviesen prohibidos y los barceloneses no daban todavía tanta importancia al gran icono turístico de la ciudad. Por cierto, ¿por qué diría Picasso, que no tenía pelos en la lengua, que las torres de la Sagrada Família le recordaban un panettone mordisqueado por los ratones?
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