Viernes, 30 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6312.
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ECOLOGIA / Un estudio concluye que al eliminar la cúspide de la cadena trófica se modifica todo el ecosistema / Al haber más fauna intermedia, depredan más bivalvos
La sobrepesca de tiburones provoca la extinción de los moluscos en EEUU
GUSTAVO CATALAN DEUS

MADRID.- La sobrepesca a la que se ha sometido a los grandes tiburones han tenido en sólo tres décadas un gran impacto sobre las poblaciones de moluscos en la costa este de EEUU. Al desaparecer casi hasta la extinción los grandes depredadores marinos, las poblaciones intermedias que tienen entre su alimentación a los bivalvos, se han disparado hasta el punto de causar una grave crisis entre los pescadores que se dedican a capturar el marisco.

Un pormenorizado estudio que ha comprendido una veintena de especies aparece hoy como artículo principal en la revista Science. Los autores demuestran que cuando se elimina una parte de la cadena trófica, tiene resultados inmediatos y catastróficos en toda ella.

Los investigadores han utilizado datos de las poblaciones de las especies marinas estudiadas provenientes de distintas universidades de EEUU e institutos de investigación marina. En ellos se demuestra el casi total colapso de los grandes depredadores pelágicos de aquellas latitudes.

Depredadores marinos

El tiburón de arena (Carcharhinus plumbeus), el tiburón negro (C. limbatus), el tiburón oscuro (C. obscurus), el tiburón toro (C. leucas) y el tiburón martillo (Sphyrna lewini), han disminuido sus poblaciones en un 87% de media. Aún peor es la situación del temible tiburón blanco (Carcharodon carcharias) y el tiburón tigre (C. taurus), cuyos efectivos se han reducido en un 99%.

La ausencia de estos depredadores situados en la cúspide de la cadena trófica marina, ha provocado que las especies de las que se alimentaban en gran medida (la raya patín, el tiburón zorro, el tiburón gato, la raya mariposa o la raya de nariz de vaca) hayan aumentado de manera proporcional. Una de las especies más estudiadas en la investigación, la raya de nariz de vaca, ha duplicado por 20 sus poblaciones. Se estima que en la bahía de Chesapeake, con grandes estuarios en las costas de Maryland y Virginia, hay más de 40 millones de individuos, que tienen como alimento a las vieiras.

Estas rayas con lunares, que al igual que todas las citadas son de la familia de los elasmobranquios y que están situadas en el medio de la cadena trófica, tienen una morfología perfecta para depredar sobre vieiras, ostras, almejas y otros bivalvos. Se posan sobre ellos aprisionándolos sobre el suelo gracias a que su cuerpo no tiene huesos, sino cartílagos que se adaptan, y con sus poderosas mandíbulas rompen las conchas.

Con tantos depredadores, las vieiras se han quedado sin efectivos y la industria pesquera dedicada a su captura de ha hundido hace años. Las gráficas del artículo de Science muestran que los últimos años hubo un colapso de sus poblaciones. De las 850.000 toneladas métricas de moluscos que cada año llegaban al mercado en Maryland y Virginia en los años 70 y 80, se ha pasado a la casi ridícula cantidad de 300 toneladas.

Ecosistema degradado

La eliminación de grandes tiburones, debido a la alta demanda de aletas y, finalmente, de su carne, «ha llevado a una degradación muy amplia del ecosistema», según los autores del estudio científico, que sugiere que lo ocurrido en las costas del este de EEUU, puede ser extrapolable a otros océanos y litorales donde la sobrepesca de los grandes depredadores haya sido muy intensa.

Un informe de la organización ecologista Oceana, asegura que cada año alrededor de 200 millones de tiburones caen en las redes de los barcos pesqueros, ya sea de manera intencionada o accidental. A la mayoría de ellos sólo se les secciona las aletas, y el resto del cuerpo -que representa más del 90% de su masa corporal- es arrojado al mar como descarte pesquero.

Recientes normativas, una de ellas de la UE, obliga a descargar en puerto una cifra de ejemplares que corresponda con el de las aletas que se quieren comercializar. Esta reglamentación ha llevado a los mercados carne de las diversas especies de escualos, que hasta ahora eran rechazados comercialmente sin motivos.

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