El catedrático de la Universidad de Barcelona Joan Veny Clar encendió la mecha en el último tramo del IV Congreso de la Lengua, en Colombia, al afirmar que el español es un idioma «advenedizo» en Cataluña.
Veny Clar negó que existiera alguna amenaza para el castellano en Cataluña («decir que en la actualidad el castellano está en peligro en Cataluña es una falacia», adujo), presentó datos que señalan que ha caído el porcentaje de catalanes que tienen el catalán por primer idioma, recordó que el castellano triunfa entre los jóvenes de la comunidad y denunció la marginalidad de su lengua en la prensa y el cine. El catedrático terminó por calificar al castellano de «lengua advenediza» y explicó que, cuando un hablante de catalán rehúsa contestar en castellano a una pregunta formulada en ese idioma, «lo hace para ayudarle a salir del monolingüismo».
En el patio de butacas hubo sonrisas: todos sabían que si Veny Clar hubiese dicho algo así en otro marco hubiera saltado la polémica. Aunque al final hubo rifirrafe. Ocurrió tras el discurso del escritor barcelonés Miquel de Palol, que aseguró que su idioma está «peor que hace 40 años» y dijo que prefería «la cultura de la resistencia» del franquismo que la «incultura del mercado» que domina hoy.
Después, Palol cambió de sentido y dijo que los problemas del catalán no son culpa del mercado sino «de Madrid», de la actitud de sus gobernantes, que en el mejor de los casos ofrecen «simpatía pasiva» y en el peor, hostilidad al catalán.
El director académico del Cervantes, Jorge Urrutia, le contestó recordando que las transferencias existen desde hace 30 años e informando de las actividades del Instituto para divulgar las cuatro lenguas españolas en el mundo. Entre las butacas se oyó la palabra «victimismo». Por suerte, Bernardo Atxaga salió al rescate y repartió cuotas de razón, además de darse un baño de multitudes. «En el País Vasco la preocupación por el euskara es eterna. Las parejas se conocen en los bailes, se enteran de cómo se llaman y entonces se preguntan entre ellos: '¿Tú crees que el euskara sobrevivirá'?».
Atxaga, el escritor vivo más importante en lengua vasca, dijo también que la convivencia del español con el vasco «no es fácil. Nunca lo fue y se verá entorpecida si el nacionalismo sigue en sus trece», porque este tipo de movimientos políticos «vive de subrayar las diferencias».
¿Es fácil compartir piso con un gigante como el idioma español? El IV Congreso de la Lengua cedió la palabra en la tarde del miércoles a los estudiosos y a los escritores de los otros idiomas españoles (euskara, gallego y catalán) y les preguntó por sus sentimientos respecto a la convivencia con la cuarta lengua del mundo.
Sentimientos que, aquí y allá, aún acusan bastantes agravios históricos, por mucho que el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha (moderador de la sesión y hablante de tres de los idiomas oficiales del Estado) recordara que el plurilingüismo «es una riqueza constitutiva» de España.
La audiencia del acto, en gran medida latinoamericana, exigía que los ponentes expusieran esa historia de convivencia, mestizaje, y también de conflictos que tienen en común los cuatro idiomas españoles. Así lo hicieron la profesora de la Universidad del País Vasco Maitena Etxebarria y el escritor gallego Ramón Villares.