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| La conciencia del peligro es ya la mitad de la seguridad y de la salvación (Ramón J. Sender) |
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| La metamorfosis del '10' |
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JAVIER MARTINEZ
Cuatro estampas de Diego separadas por una década. Del futbolista postrero que celebra uno de los siete goles marcados en la última etapa con Boca Juniors al hincha algo grotesco que se agita en la grada con una camiseta que ya no le pertenece. Arriba, a la izquierda, con el '10', aún se asimila a sí mismo, grande entre los grandes, la carrera concluyente, feroz, la antesala del reconocimiento de los suyos, los compañeros que acudirán prestos a felicitar al zurdo todavía distinguido con los galones de capitán. A la derecha, ya a una distancia sideral de la cancha, la imagen vergonzante de quien acunara el balón como nadie, más de 120 kilos, en las vísperas de un 'by pass' gástrico que le devolvería una silueta aproximada a la del hombre que derribara los cimientos de los creadores de este juego tras firmar el más hermoso de los goles. Maradona viene y va, domestica al hedonista radical que lleva dentro o lo deja vagar en la desobediencia. En la imagen inferior izquierda, el '10' en 'La noche del 10', el programa que acapararía todos los ojos desde el Canal 13 de la televisión argentina. La estrella rodeada de estrellas, desde Pelé a Fidel Castro pasaron por su plató. La cámara que asiste golosa a la resurrección del mito; buena cara, mejor gesto, restablecidas las relaciones con la báscula. Maradona comunica, también sin la complicidad de la pelota. El pequeño álbum es un reflejo de la fragilidad del funambulista. Acaso porque en todo genio late un instinto de autodestrucción.
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